Las puertas del Teatro Principal se abrirán el próximo 5 de julio, después de haber estado clausurado por 21 años, con un aforo para 700 personas que podrán disfrutar de la presentación de la Banda Marcial del Gobierno del Distrito Capital.
El Teatro Principal es una obra con valor histórico y artístico de la Capital venezolana debido a que fue el primer edificio de estructura metálica, con un balcón de carretera y tratamiento acústico de las paredes que se instaló en Venezuela. Además, fue el segundo espacio para el teatro en la entidad caraqueña.
Fue inagurado el 18 de abril de 1931 y diseñado por el arquitecto Gustavo Wallis Legórburu. Conforma uno de los edificios de valor patrimonial que están en las adyacencias de la plaza Bolívar del municipio Libertador.
Marlene Da Roche, subesecretaria de Bienes Patrimoniales y Espacios de Encuentros del Gobierno del Distrito Capital, informó que con la apertura de este Teatro contribuirá con la propagación del arte en la ciudad, además de que “forma parte de nuestra memoria cultural caraqueña”.
En 2010 se inició la recuperación de los edificios Teatro Principal, cine Rialto, Casas 29 y 31, Antiguo Museo Bolivariano, Hotel León de Oro y Casa de Gobierno del Distrito Capital.
En el caso del Teatro Principal, se iniciaron los trabajos de recuperación de la fachada en agosto del año pasado, que incluyó toda la iluminación monumental, y se culminó en el mes de diciembre. Seguidamente continuaron con los trabajos internos, que consta de 4.000 metros cuadrados con una inversión de 30 millones de bolívares. El proyecto se ha ejecutado en tres fases, la primera contempla la restauración de fachada y vestíbulo; en la segunda y tercera, iluminación, tramoya, ascensor y escena.
Da Roche señaló que están “haciendo un proceso restaurativo con técnicas nuevas para un teatro moderno”. En todos los trabajos de restauración se ha preservado lo que se salvó del incendió de 1999, que devastó casi todas las butacas, y de la remodelación que se realizó 1953, que destruyó la decoración interior original.
El Teatro sufrió alteraciones con el tiempo y parte de los hallazgos han sido develados, como el piso original de cerámica vitrificada y los acabados de yeso en el techo. De las butacas que se consiguieron se seleccionaron 10 que serán exhibidas luego de ser restauradas.
Durante la exploración arqueológica que solicitó el Instituto de Patrimonio Cultural, previo a la intervención arquitectónica, se encontraron entre otras cosas, el acueducto principal, utensilios de cocinas y piezas de cerámica de la época.
Hace apenas tres días (miércoles) se consiguieron unas escaleras que conectan a un sótano, y se espera por la evaluación de los arqueólogos para realizar las excavaciones y determinar si pertenecen a la edificación.
“Los trabajadores de la obra están alerta ante cualquier hallazgo que no coincida con el plano porque saben que están trabajando en un edificio que tiene mucha historia”.
De las tablas a la pantalla grande
El Teatro Principal, inaugurada el 18 de abril de 1931, fue considerada como una de las salas más ambiciosa realizada durante esos años, según detalla el arquitecto Guillermo Barrios en su libro Inventario del olvido, y que fue concebida por Gustavo Wallis en “la tradición funcional o estilística del teatro-teatro”.
Una de las novedades que anunciaban por prensa es que se proyectaban películas sonoras en el “más lujoso y confortable local de espectáculos de la Capital”.
Antes de pasar a ser una sala de cine exclusiva para películas mexicanas en la década de los 70, en sus tablas se presentaron grandes figuras del espectáculo nacional e internacional, entre ellas, Carlos Gardel, que cantó por primera vez en Caracas, en 1935, “Por una cabeza” y “Mi Buenos Aires querido”, entre otros tangos, después de la proyección de la película “El perro robado”.
La diversidad de espectáculos presentados en el Principal desde sus orígenes, así como las características arquitectónicas previstas desde el proyecto, demuestran claramente que este edificio fue concebido para ofrecer de modo alterno las funciones de cine y de teatro. Antes, en esa esquina, al noreste de la plaza Bolívar, estaba una casa y luego un fortín militar.
El Teatro Principal es una obra con valor histórico y artístico de la Capital venezolana debido a que fue el primer edificio de estructura metálica, con un balcón de carretera y tratamiento acústico de las paredes que se instaló en Venezuela. Además, fue el segundo espacio para el teatro en la entidad caraqueña.
Fue inagurado el 18 de abril de 1931 y diseñado por el arquitecto Gustavo Wallis Legórburu. Conforma uno de los edificios de valor patrimonial que están en las adyacencias de la plaza Bolívar del municipio Libertador.
Marlene Da Roche, subesecretaria de Bienes Patrimoniales y Espacios de Encuentros del Gobierno del Distrito Capital, informó que con la apertura de este Teatro contribuirá con la propagación del arte en la ciudad, además de que “forma parte de nuestra memoria cultural caraqueña”.
En 2010 se inició la recuperación de los edificios Teatro Principal, cine Rialto, Casas 29 y 31, Antiguo Museo Bolivariano, Hotel León de Oro y Casa de Gobierno del Distrito Capital.
En el caso del Teatro Principal, se iniciaron los trabajos de recuperación de la fachada en agosto del año pasado, que incluyó toda la iluminación monumental, y se culminó en el mes de diciembre. Seguidamente continuaron con los trabajos internos, que consta de 4.000 metros cuadrados con una inversión de 30 millones de bolívares. El proyecto se ha ejecutado en tres fases, la primera contempla la restauración de fachada y vestíbulo; en la segunda y tercera, iluminación, tramoya, ascensor y escena.
Da Roche señaló que están “haciendo un proceso restaurativo con técnicas nuevas para un teatro moderno”. En todos los trabajos de restauración se ha preservado lo que se salvó del incendió de 1999, que devastó casi todas las butacas, y de la remodelación que se realizó 1953, que destruyó la decoración interior original.
El Teatro sufrió alteraciones con el tiempo y parte de los hallazgos han sido develados, como el piso original de cerámica vitrificada y los acabados de yeso en el techo. De las butacas que se consiguieron se seleccionaron 10 que serán exhibidas luego de ser restauradas.
Durante la exploración arqueológica que solicitó el Instituto de Patrimonio Cultural, previo a la intervención arquitectónica, se encontraron entre otras cosas, el acueducto principal, utensilios de cocinas y piezas de cerámica de la época.
Hace apenas tres días (miércoles) se consiguieron unas escaleras que conectan a un sótano, y se espera por la evaluación de los arqueólogos para realizar las excavaciones y determinar si pertenecen a la edificación.
“Los trabajadores de la obra están alerta ante cualquier hallazgo que no coincida con el plano porque saben que están trabajando en un edificio que tiene mucha historia”.
De las tablas a la pantalla grande
El Teatro Principal, inaugurada el 18 de abril de 1931, fue considerada como una de las salas más ambiciosa realizada durante esos años, según detalla el arquitecto Guillermo Barrios en su libro Inventario del olvido, y que fue concebida por Gustavo Wallis en “la tradición funcional o estilística del teatro-teatro”.
Una de las novedades que anunciaban por prensa es que se proyectaban películas sonoras en el “más lujoso y confortable local de espectáculos de la Capital”.
Antes de pasar a ser una sala de cine exclusiva para películas mexicanas en la década de los 70, en sus tablas se presentaron grandes figuras del espectáculo nacional e internacional, entre ellas, Carlos Gardel, que cantó por primera vez en Caracas, en 1935, “Por una cabeza” y “Mi Buenos Aires querido”, entre otros tangos, después de la proyección de la película “El perro robado”.
La diversidad de espectáculos presentados en el Principal desde sus orígenes, así como las características arquitectónicas previstas desde el proyecto, demuestran claramente que este edificio fue concebido para ofrecer de modo alterno las funciones de cine y de teatro. Antes, en esa esquina, al noreste de la plaza Bolívar, estaba una casa y luego un fortín militar.
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