jueves, 29 de enero de 2015

Canis dirus: el lobo terrible de Muaco

Modelo de Canis dirus Lobo Gigante
Modelo de Canis dirus Lobo Gigante
Canis dirus Lobo Gigante

Hace 12.000 años antes del presente (a. p.), un lobo gigante cazaba en las llanuras costeras del mar Caribe. Tal vez los primeros pobladores humanos del continente americano compitieron con este  depredador  por las presas o quizás ellos fueron las presas.
El lobo terrible (Canis dirus) fue descubierto para la ciencia en 1854 por Francis Link y descrito anatómicamente por Josep Leidy en 1858. El paleoarte nos revela en efigie un lobo de gran tamaño, su peso promedio se estima en 80 kg. Canis dirus era un animal robusto. El morro era largo y las mandíbulas potentes, con dientes gruesos y fuertes, capaces de triturar huesos. Sus retos fósiles han sido encontrados desde los bosques canadienses hasta las pampas argentinas.
El lobo terrible también fue encontrado en los yacimientos fosilíferos de una antigua fuente de aguas surgentes en Muaco, Estado Falcón, donde acechaba a sus presas: camélidos antiguos, caballos americanos, cachicamos gigantes, perezosos terrestres, crías de mastodontes, cérvidos. Tal vez el cambio climático produjo una extinción masiva de  los grandes mamíferos de los que se alimentaba. Tal vez los eficientes cazadores Paleoindios –como se conoce en arqueología a los primeros pobladores–, armados con proyectiles con puntas de piedra tallada y propulsores, fueron tan eficientes que exterminaron las bestias de las que se alimentaba el lobo terrible. Sea cual fuere la causa, el lobo terrible se extinguió hace 12.000 a. p.; cuando hicieron su aparición en el escenario americano los primeros seres humanos en América.
Desde 1960, se ha develado gradualmente el velo sobre los yacimientos arqueológicos y paleontológicos del Nor-Occidente del Estado Falcón. Los suelos de Muaco y Taima-Taima revelaron a Royo-Gómez (1960), Cruxent (1961), Rouse (1961), Bocquentin-Villanueva (1979), Casamiquela (1979), Ochsenius (1980), la riqueza ancestral que atesoraron durante miles de años.
Canis dirus fue uno de los animales representativos del Horizonte Faunístico Corianense, que se perduró desde el Pleistoceno hasta inicios de la época geológica actual –Holoceno– y la llegada de los primeros seres humanos al suelo falconiano.

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