Fuente: http://apuntesdehistorialocal.wordpress.com/2012/08/09/mi-opinion-acerca-del-supuesto-hallazgo-arqueologico-en-el-cerro-san-ramon-parroquia-santa-lucia-municipio-paz-castillo-del-estado-miranda/
Por Juan M. Carrasco D. (Publicado el 9 de agosto de 2012)
Me he sentido en el deber de expresar por escrito, y de una manera clara y fundamentada, mis opiniones, conceptos y apreciaciones en torno al supuesto “hallazgo” de un yacimiento arqueológico pre-hispánico en jurisdicción del municipio Paz Castillo del Estado Miranda. Dicho “hallazgo” –del cual se dice que comprende una serie de “centros ceremoniales, terrazas de cultivo, muros pétreos y petroglifos”, entre otros detalles- fue supuestamente realizado en el área del cerro San Ramón por una fundación de nombre ECOAR, presidida por el arquitecto Miguel Ángel Prieto, la cual supuestamente realiza labores de arqueología sin autorización del máximo ente en materia de estudio, registro y conservación del patrimonio cultural de la nación. Esta misma fundación y quien la preside, quien se hace denominar “arqueólogo” sin presentar documentos probatorios de tal denominación, son los mismos que en la ciudad de Caracas, hace más o menos 6 años atrás, echaron a rodar la teoría de la supuesta existencia de “pirámides” en el cerro Waraira-Repano (antiguo cerro El Ávila), junto con la teoría –completamente rechazada y considerada nada seria dentro de la comunidad científica venezolana- que trata de darle a la conocidísima y estudiadísima CULTURA MAYA-QUICHÉ un origen en tierras venezolanas, emparentándolos erróneamente y sin fundamentos teóricos comprobables, con nuestros aborígenes de nación caribe de la región centro-norte del país, los “mariches”, extinguidos hace poco más de 400 años por manos españolas, como bien conocido es por los historiadores venezolanos a través de las crónicas escritas por los llamados “Cronistas de Indias”.
Hoy en día, dicha fundación, dirigida como digo, por el mencionado arquitecto (no arqueólogo), y desde principios de 2011 (fecha en que llego a tener conocimiento del supuesto hallazgo del cerro San Ramón), ha puesto en alerta a algunos sectores sociales de Paz Castillo, entre ellos a docentes de reconocida trayectoria, al cronista oficial de esa entidad, cultores, profesionales del Derecho, autoridades municipales, estudiosos, entusiastas y curiosos, con el anuncio de supuestos HALLAZGOS ARQUEOLÓGICOS, ahora, según el arquitecto Prieto, pertenecientes a la nación aborigen de los quiriquires (antiguos pobladores pre-hispánicos de los Valles del Tuy) y que se ubicarían en el mencionado cerro.
Quien expone estas opiniones tuvo la oportunidad de leer el oficio que envió la mencionada fundación, a nombre del señor Prieto, al Gobierno Municipal de Paz Castillo, en el mes de marzo de 2011, donde, además de describir la “trayectoria” del arquitecto Prieto y las múltiples publicaciones (creo recordar que el oficio decía “más de 300”) que desde 1969 éste ha realizado –de las cuales, de acuerdo a mi personal investigación en la Biblioteca Nacional y en la Biblioteca de la UCV, no se encuentra ni un solo registro-, se mencionaba el supuesto hallazgo del cerro San Ramón, para lo cual ofrecían para ese momento la presentación de los supuestos resultados de las supuestas investigaciones –las cuales, por cierto, no habían sido autorizadas por el Instituto del Patrimonio Cultural- en diferentes “ponencias”, pero con un aire de “anuncio” absoluto de resultados.
Como debe ser normal al enterarse de una noticia como esta, quien escribe esto fue arropado también por la emoción. Pero luego de tres días, y después de comentarle la noticia del supuesto hallazgo al reconocido historiador y experto en las épocas Pre-Hispánica y Colonial de la Historia de Venezuela, Lcdo. Álvaro García-Castro, quien se encontraba de visita en el país (pues vive y realiza un doctorado en Antropología en España), éste recomendó ser precavidos y discretos con dichos anuncios, pues al referirle quién era el promotor de los mismos (es decir, el arquitecto Prieto), inmediatamente me comentó que no conocía sus trabajos. Pero al rato recordó, por su amplia experiencia de trabajo investigativo en el IVIC, que el señor Miguel Ángel Prieto, arquitecto (no arqueólogo), no era reconocido por la comunidad científica y arqueológica de Venezuela, debido a que sus afirmaciones, aseveraciones y conclusiones no son el producto de investigaciones seriamente argumentadas, investigaciones estas donde no se aplican ninguno de los pasos o métodos estandarizados para la investigación arqueológica, sino que más bien han sido el producto de especulaciones poco o nada fundamentadas, con el agregado de afirmaciones de corte “sorprendente” y especulaciones “a priori”.
Después de ese importante consejo u opinión dada por uno de los más destacados investigadores que haya albergado el IVIC, quien también fue uno de los principales asesores del DICCIONARIO DE LA HISTORIA DE VENEZUELA, de la Fundación Polar, inicié por medios propios una indagación por diferentes vías para conocer no sólo quién era el arquitecto Miguel Ángel Prieto y su fundación ECOAR (o Centro Arqueológico de Petare KARIMAO), sino también cuáles eran los antecedentes de esa supuesta investigación que convergió finalmente en el supuesto hallazgo arqueológico del cerro San Ramón. En primer lugar, visité la Biblioteca Nacional, previa búsqueda documental a través de su sistema de base de datos, pero ninguna referencia documental al señor Prieto y sus supuestos trabajos. El mismo día en la tarde me dirigí a la Biblioteca de la UCV, pero tampoco hallé referencia documental alguna a los trabajos del señor Prieto. En ese momento, al menos de manera relativa, desmentía una de las aseveraciones: EL SEÑOR MIGUEL ÁNGEL PRIETO NO HABÍA HECHO PUBLICACIONES DE SUS TRABAJOS.
El Lcdo. García-Castro me recomendó también, en su visita, que tratase de ubicar al arqueólogo Mario Sanoja Obediente, debido a que era una de las eminentes personalidades de la arqueología venezolana, individuo de número de la Academia Nacional de la Historia, por muchos años estudioso del pasado pre-hispánico del Valle de Caracas y experto en la excavación y datación de restos orgánicos de procedencia aborigen. En los meses subsiguientes a marzo de 2011 (fecha en que coincidieron la llegada del oficio del Sr. Prieto-ECOAR y la visita del Lcdo. García-Castro), y de manera casual durante una visita que realizaba a la Librería del Sur de la Plaza Bolívar de Caracas, tuve la oportunidad de conocer al arqueólogo Mario Sanoja Obediente, quien dirigía un conversatorio en dicha librería sobre Historia. Al terminar dicho conversatorio, me le acerqué y me presenté, acto inmediato le pregunté si tenía conocimiento acerca de un supuesto hallazgo arqueológico en el este de los Valles del Tuy, estudiado por un “arqueólogo” de nombre Miguel Ángel Prieto. Después de hacer memoria, su respuesta fue contundente: “ESE SEÑOR NO ES ARQUEÓLOGO, ESE LO QUE MÁS PARECE ES EL ‘INDIANA JONES’ VENEZOLANO”. Inmediatamente me comentó que este Miguel Ángel Prieto era el mismo que había afirmado pocos años atrás el descubrimiento de supuestas “pirámides” (a las cuales denominó “NAGUAS”) en la ladera norte del cerro Waraira-Repano, a la altura de Naiguatá, y que con ello se inició un confuso debate, durante la gestión como alcalde metropolitano del periodista Juan Barreto, el cual involucró incluso al historiador y cronista de Caracas, Juan Ganteaume, polémica que incluso llegó a tener presencia en la prensa, según recuerdo. Dicha afirmación, considerada por Sanoja Obediente como “descabellada”, por teorizar sin fundamentos reales sobre un supuesto “origen” de la cultura Maya-Quiché en un asentamiento pre-mariche, de quienes asegura Prieto que fueron los verdaderos “creadores” del calendario maya (como más adelante describiré) y todo, nuevamente, sin fundamentación teórica, fue tomada como cierta entre 2006 y 2008 por la gestión del alcalde Juan Barreto en Caracas, a partir de lo cual nacen los proyectos sobre la “pira” como alimento, pero también, y se destaca, de la construcción de una “pirámide” de vidrio en un islote de la Avenida Intercomunal del El Valle, cuya justificación se apoyó en las “descabelladas” teorías de Prieto y sus “pirámides” en el Waraira-Repano:
Comprobada esta parte del seguimiento que le hice a los “trabajos” que desembocaron, finalmente, en el anuncio del supuesto “hallazgo” en el cerro San Ramón, en Santa Lucía, municipio Paz Castillo del Estado Miranda, tomé posición al respecto, la misma que aún mantengo, a favor de la REFUTACIÓN del mencionado hallazgo del señor Prieto, toda vez que no sigue metodología alguna y que sus afirmaciones son totalmente rechazadas por la comunidad científica de Venezuela.
Luego de esto inicié la búsqueda de información en la Internet. La única información que hallé fue una presentación en Power Point en la dirección web http://es.scribd.com/doc/55695247/Primeros-Calendarios-Mayas-2011. Se tratade una presentación de artículos variados sobre el tema pre-hispánico, distribuido en un total de 18 láminas. El orden de los artículos y láminas es como sigue:
Cabe hacer un alto acá para hacerse las siguientes interrogantes: ¿de dónde obtuvo Miguel Ángel Prieto toda esta información “tan detallada” sobre las supuestas “técnicas de tallado en piedra” por estos aborígenes venezolanos, a quienes intenta, sin bases, relacionar con los Maya-Quiché de Centroamérica? La respuesta con el Sr. Miguel Ángel Prieto contesta esta pregunta es la siguiente: QUE TODOS ESOS DETALLES DE COSTUMBRES, TRADICIONES Y TÉCNICAS DE TRABAJO LE FUERON DADAS A ÉL POR SUPUESTOS “DESCENDIENTES” DE LOS ABORÍGENES MARICHES. En honor a la cordura y a la verdad ¿acaso este señor no sabe que hace cerca de 400 años que los españoles extinguieron muchas de las tribus aborígenes –incluyendo a los Mariches- que hacían vida en esta zona centro-norte del país? ¿no conoce que la transculturización que se impuso con la invasión española en tierras americanas barrió con muchas tradiciones, costumbres, cosmogonías, modos de vida y de trabajo, que hoy sólo se pueden conocer y suponer a través del estudio concienzudo de la historia? Analícese el siguiente texto, extraído del artículo escrito por el señor Prieto para la mencionada presentación:
Otra razón para dudar de la VERACIDAD de sus afirmaciones, es que el señor Prieto ha difundido a través de la prensa supuestas CONVOCATORIAS A DESCENDIENTES, AHORA NO DE LOS MARICHES, SINO DE LOS QUIRIQUIRES, lo cual, a pesar de que se sabe que sus investigaciones no tienen asidero, revela otra CONTRADICCIÓN en sus anuncios: AFIRMA, SIN BASES SÓLIDAS Y DE FORMA EVIDENTEMENTE CONFUSA A LA LUZ DE LA HISTORIA ABORIGEN VENEZOLANA, QUE LAS TRIBUS MARICHES Y LOS QUIRIQUIRES ERAN UNA SOLA. Es decir: al principio de sus “investigaciones” habla de los mariches, pero al descubrir el “supuesto” yacimiento arqueológico del cerro San Ramón, en Santa Lucía, comienza a mencionar en sus anuncios a la etnia de los quiriquires. De hecho, tal y como hizo anunciando un supuesto “contacto” con descendientes de los Mariches en Petare:
El último trabajo publicado fue en la revista local PINCELADAS LUCITEÑAS, edición Nro. 13 (Julio – Agosto – Septiembre de 2011), que dirige el cronista de Santa Lucía, Prof. Juan Ramón Ávila, localidad donde “supuestamente” se realizó el hallazgo anunciado por el señor Miguel Ángel Prieto. Se trata de un artículo de una página y acompañado con fotos y dibujos, todo firmado por el señor Prieto, y donde describe aspectos físicos del supuesto hallazgo arqueológico, de nuevo sin basamento científico serio y comprobable. Pero además de eso, se describe de manera impresionantemente creativa, una “COSMOGONÍA” al detalle, la cual asigna a la tribu de los Mariches y donde describe, de nuevo sin fundamento, la creación de los dioses y diosas de esa cultura aborigen (descripción que no muestra la fuente documental de donde la tomó). También aparece en esta revista una foto del mencionado señor Prieto, sujetando una vara de madera visiblemente carcomida por termitas, quien afirma de plano que se trata de un supuesto “bastón ceremonial”. También aparece una imagen, un gráfico representando supuestas marcas o petroglifos que el señor Prieto dice interpretar como “marcas de origen de los Mariches”. Finaliza el artículo con la siguiente especulación:
Saludos, comentaristas. Veo con mucha gracia que me han comentado bastante, casi que esto pareciera un “chat”, por la rapidez con la que contestan cada vez que el personaje principal de esta comedia pseudo-arqueológica escribe algo. Los comentarios no han parado de llegar, sólo que no los ven porque yo, dentro de mi autoridad en este blog personal, no apruebo su publicación… ¡y vaya qué comentarios nuevos no aprobados por mí me han llegado!… incluso algunos de esos comentarios contienen condenables acusaciones sin sentido, lanzadas como en medio de la niebla, dignas de ser llevadas ante la Ley junto con el emisor de dichas acusaciones.
Señores, no se afanen, yo no soy empleado de nadie, ni ando buscando fama o prestigio. Lo único que busco o buscaba con este artículo era HACER HONOR A LA VERDAD. Jamás he estado interesado en piezas arqueológicas, y las únicas que he llegado a tener cerca de mí -pero separadas por un vidrio- han sido las piezas de arte pre-hispánico que expone la Galería de Arte Nacional, cuando voy a alguna de sus exhibiciones.
Y ojo: yo no trabajo para nadie, ni para científicos ni para políticos. Cuando hablo de algunos arqueólogos es porque me apoyo en sus trabajos y, como sucedió con todo el seguimiento al caso que hice y que terminó en este artículo, en sus consejos, cuando existía comunicación personal (con Mario Sanoja fue casual, aún despues que en la Internet existía un fragmento de su opinión sobre las “locas teorías” de Prieto).
Agradezco que no me dejen más textos risotéricos en este artículo, porque de lo contrario llevaré los comentarios acusativos a la justicia, para ver con qué pruebas saldrán a acusarme, toda vez que en esos comentarios, cuando se refieren a mi persona, lo que dicen son babosadas de adolescente.
Quien expone estas opiniones tuvo la oportunidad de leer el oficio que envió la mencionada fundación, a nombre del señor Prieto, al Gobierno Municipal de Paz Castillo, en el mes de marzo de 2011, donde, además de describir la “trayectoria” del arquitecto Prieto y las múltiples publicaciones (creo recordar que el oficio decía “más de 300”) que desde 1969 éste ha realizado –de las cuales, de acuerdo a mi personal investigación en la Biblioteca Nacional y en la Biblioteca de la UCV, no se encuentra ni un solo registro-, se mencionaba el supuesto hallazgo del cerro San Ramón, para lo cual ofrecían para ese momento la presentación de los supuestos resultados de las supuestas investigaciones –las cuales, por cierto, no habían sido autorizadas por el Instituto del Patrimonio Cultural- en diferentes “ponencias”, pero con un aire de “anuncio” absoluto de resultados.
Como debe ser normal al enterarse de una noticia como esta, quien escribe esto fue arropado también por la emoción. Pero luego de tres días, y después de comentarle la noticia del supuesto hallazgo al reconocido historiador y experto en las épocas Pre-Hispánica y Colonial de la Historia de Venezuela, Lcdo. Álvaro García-Castro, quien se encontraba de visita en el país (pues vive y realiza un doctorado en Antropología en España), éste recomendó ser precavidos y discretos con dichos anuncios, pues al referirle quién era el promotor de los mismos (es decir, el arquitecto Prieto), inmediatamente me comentó que no conocía sus trabajos. Pero al rato recordó, por su amplia experiencia de trabajo investigativo en el IVIC, que el señor Miguel Ángel Prieto, arquitecto (no arqueólogo), no era reconocido por la comunidad científica y arqueológica de Venezuela, debido a que sus afirmaciones, aseveraciones y conclusiones no son el producto de investigaciones seriamente argumentadas, investigaciones estas donde no se aplican ninguno de los pasos o métodos estandarizados para la investigación arqueológica, sino que más bien han sido el producto de especulaciones poco o nada fundamentadas, con el agregado de afirmaciones de corte “sorprendente” y especulaciones “a priori”.
Después de ese importante consejo u opinión dada por uno de los más destacados investigadores que haya albergado el IVIC, quien también fue uno de los principales asesores del DICCIONARIO DE LA HISTORIA DE VENEZUELA, de la Fundación Polar, inicié por medios propios una indagación por diferentes vías para conocer no sólo quién era el arquitecto Miguel Ángel Prieto y su fundación ECOAR (o Centro Arqueológico de Petare KARIMAO), sino también cuáles eran los antecedentes de esa supuesta investigación que convergió finalmente en el supuesto hallazgo arqueológico del cerro San Ramón. En primer lugar, visité la Biblioteca Nacional, previa búsqueda documental a través de su sistema de base de datos, pero ninguna referencia documental al señor Prieto y sus supuestos trabajos. El mismo día en la tarde me dirigí a la Biblioteca de la UCV, pero tampoco hallé referencia documental alguna a los trabajos del señor Prieto. En ese momento, al menos de manera relativa, desmentía una de las aseveraciones: EL SEÑOR MIGUEL ÁNGEL PRIETO NO HABÍA HECHO PUBLICACIONES DE SUS TRABAJOS.
El Lcdo. García-Castro me recomendó también, en su visita, que tratase de ubicar al arqueólogo Mario Sanoja Obediente, debido a que era una de las eminentes personalidades de la arqueología venezolana, individuo de número de la Academia Nacional de la Historia, por muchos años estudioso del pasado pre-hispánico del Valle de Caracas y experto en la excavación y datación de restos orgánicos de procedencia aborigen. En los meses subsiguientes a marzo de 2011 (fecha en que coincidieron la llegada del oficio del Sr. Prieto-ECOAR y la visita del Lcdo. García-Castro), y de manera casual durante una visita que realizaba a la Librería del Sur de la Plaza Bolívar de Caracas, tuve la oportunidad de conocer al arqueólogo Mario Sanoja Obediente, quien dirigía un conversatorio en dicha librería sobre Historia. Al terminar dicho conversatorio, me le acerqué y me presenté, acto inmediato le pregunté si tenía conocimiento acerca de un supuesto hallazgo arqueológico en el este de los Valles del Tuy, estudiado por un “arqueólogo” de nombre Miguel Ángel Prieto. Después de hacer memoria, su respuesta fue contundente: “ESE SEÑOR NO ES ARQUEÓLOGO, ESE LO QUE MÁS PARECE ES EL ‘INDIANA JONES’ VENEZOLANO”. Inmediatamente me comentó que este Miguel Ángel Prieto era el mismo que había afirmado pocos años atrás el descubrimiento de supuestas “pirámides” (a las cuales denominó “NAGUAS”) en la ladera norte del cerro Waraira-Repano, a la altura de Naiguatá, y que con ello se inició un confuso debate, durante la gestión como alcalde metropolitano del periodista Juan Barreto, el cual involucró incluso al historiador y cronista de Caracas, Juan Ganteaume, polémica que incluso llegó a tener presencia en la prensa, según recuerdo. Dicha afirmación, considerada por Sanoja Obediente como “descabellada”, por teorizar sin fundamentos reales sobre un supuesto “origen” de la cultura Maya-Quiché en un asentamiento pre-mariche, de quienes asegura Prieto que fueron los verdaderos “creadores” del calendario maya (como más adelante describiré) y todo, nuevamente, sin fundamentación teórica, fue tomada como cierta entre 2006 y 2008 por la gestión del alcalde Juan Barreto en Caracas, a partir de lo cual nacen los proyectos sobre la “pira” como alimento, pero también, y se destaca, de la construcción de una “pirámide” de vidrio en un islote de la Avenida Intercomunal del El Valle, cuya justificación se apoyó en las “descabelladas” teorías de Prieto y sus “pirámides” en el Waraira-Repano:
“Pirámides ‘mágicas’ en la autopista.Y he aquí otra oposición a las supuestas “investigaciones” del señor Prieto: MARIO SANOJA OBEDIENTE, ARQUEÓLOGO CON AMPLÍSIMA TRAYECTORIA Y NUMEROSO TRABAJOS PUBLICADOS SOBRE LAS INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS VENEZOLANAS, COMO MIEMBRO DE LA COMUNIDAD CIENTÍFICA DE VENEZUELA EN EL ÁMBITO DE LA ARQUEOLOGÍA, RECHAZA, DESESTIMA Y NO CONSIDERA “SERIAS” LAS ASEVERACIONES DEL ARQUITECTO MIGUEL ÁNGEL PRIETO.
Para Barreto la pirámide es un símbolo de poder e inteligencia. ‘Es la estructura más estable. Además hay toda una historia universal de las pirámides, porque es una forma mágica’. Además, la funcionaria da sustento a una teoría del investigador Miguel Ángel Prieto, del Centro Arqueológico de Petare, que habla de la supuesta presencia de la cultura maya en Venezuela, aunque la historia dice que fundaron su civilización en el territorio que ocupa Centroamérica”. (TÍTULO DEL ARTÍCULO: “Alcaldía Metropolitana levanta ‘pirámides mayas’ en la Valle Coche”, El Nacional, 14/06/2008)
Comprobada esta parte del seguimiento que le hice a los “trabajos” que desembocaron, finalmente, en el anuncio del supuesto “hallazgo” en el cerro San Ramón, en Santa Lucía, municipio Paz Castillo del Estado Miranda, tomé posición al respecto, la misma que aún mantengo, a favor de la REFUTACIÓN del mencionado hallazgo del señor Prieto, toda vez que no sigue metodología alguna y que sus afirmaciones son totalmente rechazadas por la comunidad científica de Venezuela.
Luego de esto inicié la búsqueda de información en la Internet. La única información que hallé fue una presentación en Power Point en la dirección web http://es.scribd.com/doc/55695247/Primeros-Calendarios-Mayas-2011. Se tratade una presentación de artículos variados sobre el tema pre-hispánico, distribuido en un total de 18 láminas. El orden de los artículos y láminas es como sigue:
- LÁMINA 1 – GUÍA DE PLANTAS MEDICINALES – Helena Szymczuk – LA PIRA (parece tomado de un libro sobre medicina naturista)
- LÁMINAS DE LA 2 A LA 5 – GUÍA DE PLANTAS MEDICINALES – Los Hombres de la yuca y el maíz – Mario Sanoja (copia de un texto extraído del libro de este arqueólogo, editado por Monteávila Editores, que, además, es el único artículo de esta presentación que en su texto muestra referencias a otros autores sobre el tema que trata de presentar)
- LÁMINAS 6 y 7 – PRIMEROS CALENDARIOS MAYAS ESTÁN EN VENEZUELA – Gilberto Rivero Núñez (artículo de prensa del lunes 22 de marzo de 1999, El Mundo)
- LÁMINAS 8 A LA 11 – PRIMEROS CALENDARIOS MAYAS – Naguatá: sierra pirámides – Raiza Loaiza G. (parece otro artículo de prensa, donde se nombra al señor Prieto en relación con las supuestas “pirámides” del cerro Waraira-Repano)
- LÁMINAS DE LA 12 A LA 18 – LABRADO DE LA PIEDRA ENTRE LOS MARICHES – Arq. Miguel Ángel Prieto (donde describe las supuestas múltiples maneras como procedían los Mariches para cortar y tallar la piedra)
Cabe hacer un alto acá para hacerse las siguientes interrogantes: ¿de dónde obtuvo Miguel Ángel Prieto toda esta información “tan detallada” sobre las supuestas “técnicas de tallado en piedra” por estos aborígenes venezolanos, a quienes intenta, sin bases, relacionar con los Maya-Quiché de Centroamérica? La respuesta con el Sr. Miguel Ángel Prieto contesta esta pregunta es la siguiente: QUE TODOS ESOS DETALLES DE COSTUMBRES, TRADICIONES Y TÉCNICAS DE TRABAJO LE FUERON DADAS A ÉL POR SUPUESTOS “DESCENDIENTES” DE LOS ABORÍGENES MARICHES. En honor a la cordura y a la verdad ¿acaso este señor no sabe que hace cerca de 400 años que los españoles extinguieron muchas de las tribus aborígenes –incluyendo a los Mariches- que hacían vida en esta zona centro-norte del país? ¿no conoce que la transculturización que se impuso con la invasión española en tierras americanas barrió con muchas tradiciones, costumbres, cosmogonías, modos de vida y de trabajo, que hoy sólo se pueden conocer y suponer a través del estudio concienzudo de la historia? Analícese el siguiente texto, extraído del artículo escrito por el señor Prieto para la mencionada presentación:
“Labrado de la piedraAhora bien: si esas técnicas, como dice el Sr. Prieto al comienzo de su artículo, AÚN NO HAN SIDO DESCRITAS ¿qué FUENTES consultó entonces para afirmar, con detalle, lo que intenta describir?
Entre Los Maríches y sus antecesores
Entre los antecesores de Los Maríches, los llamados “Maya de MAYAIMARAGUA
el “Pueblo de La Sierra Madre”, el trabajo del labrado de la piedra alcanzó niveles de desarrollo dignos de estudio, con técnicas propias, originales, que fueron heredadas por Los Maríches. Estas técnicas, “AÚN NO DESCRITAS”, eran tan antiguas como los petroglifos mismos”. MIGUEL ÁNGEL PRIETO
“EN LA TRADICIÓN QUE CONSERVAN DESCENDIENTES DE LOS MARÍCHES, se mencionan técnicas que abarcan, desde la alteración plástica de la superficie de la piedra por aserramiento, la elaboración de envases fijos y portátiles de diversos tamaños y formas, así como el labrado de figurinas estelas v estatuas; también la elaboración de artefactos distintivos, sofisticadas armas arrojadizas v labrados decorativos de carácter miniaturista.Esta información, lo poco que ha sido hallado en la Internet, y sobre todo los textos firmados por el señor Miguel Ángel Prieto, no presentan fuentes bibliográficas ni de ningún otro tipo (fotográficas, antecedentes sobre el tema, etc.), ausente de citas de autores que hayan trabajado sobre los supuestos que él mismo pretende investigar, lo que refleja un VACÍO ARGUMENTAL DE CARÁCTER CIENTÍFICO, es decir, que SUS AFIRMACIONES Y CONCLUSIONES NO TIENEN UNA BASE METODOLÓGICA.
En este resumen sólo se incluyen, entre los descritos por las fuentes de tradición indígena, aquellos artefactos expuestos o existentes en el terreno”. MIGUEL ÁNGEL PRIETO
Otra razón para dudar de la VERACIDAD de sus afirmaciones, es que el señor Prieto ha difundido a través de la prensa supuestas CONVOCATORIAS A DESCENDIENTES, AHORA NO DE LOS MARICHES, SINO DE LOS QUIRIQUIRES, lo cual, a pesar de que se sabe que sus investigaciones no tienen asidero, revela otra CONTRADICCIÓN en sus anuncios: AFIRMA, SIN BASES SÓLIDAS Y DE FORMA EVIDENTEMENTE CONFUSA A LA LUZ DE LA HISTORIA ABORIGEN VENEZOLANA, QUE LAS TRIBUS MARICHES Y LOS QUIRIQUIRES ERAN UNA SOLA. Es decir: al principio de sus “investigaciones” habla de los mariches, pero al descubrir el “supuesto” yacimiento arqueológico del cerro San Ramón, en Santa Lucía, comienza a mencionar en sus anuncios a la etnia de los quiriquires. De hecho, tal y como hizo anunciando un supuesto “contacto” con descendientes de los Mariches en Petare:
“En 1990, un grupo de interesados en desentrañar el misterio que guardan estos signos hicieron contacto con descendientes de los Mariches en Petare y señalaron que esos petroglifos se podían encontrar en el Avila, en los Valles del Tuy, en Charallave. Así comenzó un trabajo que necesitará de muchos años y de mucha investigación para que pueda ingresar oficialmente en los libros de texto.
Miguel Ángel Prieto, uno de los integrantes de este equipo llamado “Centro Arqueológico de Petare” … explica que estas huellas tienen una antigüedad de más de 10 mil años, lo que coloca a esta civilización en un tiempo anterior al desarrollo de las culturas incas, aztecas y lo que comúnmente se conocen como los Mayas en Centroamérica”. (“LOS MAYAS ERAN VENEZOLANOS”, artículo en El Nacional, 25/02/1997)”El señor Prieto empezó a “convocar” a través de la prensa a “descendientes de los quiriquires”:
“INVESTIGAN COMPLEJO ARQUEOLÓGICO DE LOS QUIRIQUIRESDesde mi punto de vista, dudo absolutamente que su “convocatoria” haya tenido respuesta, y creo que los contactos con descendientes de aborígenes mariches en Petare sea, a decir verdad, una simple “gran mentira”.
Exploran el complejo arqueológico de los Quiriquires, Estado Miranda
Fuente: Publicado por Diario Ciudad CCS, el miércoles, 10 de Agosto del 2011
Yosvelin Saavedra T.
En marzo de este año el Centro Arqueológico Karimao de Petare reportó ante el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) la existencia del Complejo Arqueológico denominado Nagua Nagua, de los Quiriquires, ubicado en el Cerro San Ramón, en el alto de Las Adjuntas, municipio Paz Castillo del estado Miranda. Desde esa fecha hasta la actualidad, arqueólogos de dicho centro, de la Fundación Venezolana de Ecología y Arqueología (Ecoar) y de la Fundación Nagua Nagua Quiriquires han colaborado en el proceso de investigación junto a especialistas del IPC. Esto a fin de conocer los trabajos arquitectónicos y agrícolas que realizó la tribu. Al respecto, Miguel Ángel Prieto, presidente de Ecoar, se acercó a las instalaciones de Ciudad CCS para invitar a los descendientes de los Quiriquires a aportar sus conocimientos sobre el habitad (sic), costumbres, actividades religiosas, económicas y los alcances científicos que haya logrado la tribu. Para ello invitó, a los que deseen colaborar, escribir la información con la que cuenten al correo electrónico centrokarimao@gmail.com.
LO QUE HAN ENCONTRADO
En el Cerro San Ramón se han hallado petroglifos labrados en granitos y geoglifos. Además, se encontraron 20 niveles de terrazas con unos 3 metros de separación entre cada una, las cuales están provistas de canales de riego. Prieto explicó que los indígenas de esta etnia sembraban en cada terraza maíz, yuca, auyama, yerba Caracas entre otros. “Los Quiriquires son una de las 18 tribus de la nación tribal de los Mariches que pertenecen al período paleo-indígena. Ellos desde los naguas, altares de piedra, efectuaban mediciones astronómicas para calibrar el tiempo a fin de distribuir las 30 actividades a las que se dedicaban”, expuso Prieto. Agregó que cada función debía ejecutarse en 12 días, las cuales eran llevadas a cabo por los adolescentes de la tribu. Algunas de ellas era recoger piedras y palmas para construir sus viviendas, recaudar turimas para confeccionar las esterillas donde dormían y algodón para hacer sus prendas de vestir. El director de Ecoar informó que hasta el momento en el cerro San Ramón no han detectado objetos, artefactos ni piezas de alfarería, considerando la gran abundancia de arcilla que existe en la región. Sin embargo, han encontrado detrás del complejo arqueológico tres bases de bohíos, espacio donde habitaban los Quiriquires. En la actualidad, las investigaciones aun continúan realizándose por lo que esperan contar con la ayuda de los descendientes de la etnia indígena”.
El último trabajo publicado fue en la revista local PINCELADAS LUCITEÑAS, edición Nro. 13 (Julio – Agosto – Septiembre de 2011), que dirige el cronista de Santa Lucía, Prof. Juan Ramón Ávila, localidad donde “supuestamente” se realizó el hallazgo anunciado por el señor Miguel Ángel Prieto. Se trata de un artículo de una página y acompañado con fotos y dibujos, todo firmado por el señor Prieto, y donde describe aspectos físicos del supuesto hallazgo arqueológico, de nuevo sin basamento científico serio y comprobable. Pero además de eso, se describe de manera impresionantemente creativa, una “COSMOGONÍA” al detalle, la cual asigna a la tribu de los Mariches y donde describe, de nuevo sin fundamento, la creación de los dioses y diosas de esa cultura aborigen (descripción que no muestra la fuente documental de donde la tomó). También aparece en esta revista una foto del mencionado señor Prieto, sujetando una vara de madera visiblemente carcomida por termitas, quien afirma de plano que se trata de un supuesto “bastón ceremonial”. También aparece una imagen, un gráfico representando supuestas marcas o petroglifos que el señor Prieto dice interpretar como “marcas de origen de los Mariches”. Finaliza el artículo con la siguiente especulación:
“Los datos de la tradición oral estuvieron originalmente inscritos en documentos llamados tiras. Eran textos escritos contenidos en tiras de papel vegetal, papel de corteza de Urape, de maíz, de corteza de palmas y de tejidos. Fueron destruidos por los europeos en el siglo XVI durante la quema de los caneyes de los maestros indígenas, los Piashamo o Piasama (los Piaches), a quienes veían como brujos. Los descendientes directos de los indígenas guardaron parte de los relatos en notas de herencia familiar que llegaron hasta nuestros días”.Todo esto y las impresiones recibidas en su “ponencia” o “presentación” del supuesto “hallazgo” arqueológico en el cerro San Ramón en las instalaciones del Cine-Teatro “Santa Lucía” (a la cual asistió para hacer preguntas quien esto escribe), me han permitido formarme un criterio propio acerca de este mal llamado “descubrimiento”:
Por: Miguel Ángel Prieto, Arqueólogo
- Que el señor Miguel Ángel Prieto no es arqueólogo, y no ha sido autorizado por el Instituto de Patrimonio Cultural venezolano para realizar investigaciones arqueológicas en el municipio Paz Castillo.
- Que no se logró ubicar documentación bibliográfica en bibliotecas nacionales ni especializadas que hayan sido escritos o co-escritos por el señor Prieto, que den sustento a sus “teorías”. Tampoco se puede comprobar la procedencia de sus argumentos, de sus supuestos, de dónde provienen sus afirmaciones y conclusiones.
- Que la comunidad científica venezolana REFUTA ampliamente las supuestas “investigaciones” arqueológicas que realizan el señor Miguel Ángel Prieto y su equipo, integrado por personas no idóneas para este tipo de trabajos, en el cerro San Ramón, toda vez que carecen de basamento documental, científico y técnico, amén de otros aspectos que hacen “desestimable” tales actividades, como la violación del artículo 39 de la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural Venezolano.
- Que algunas de sus afirmaciones parecen pertenecer a mundo de la fantasía: supuestas “cosmogonías” mariches, descripción de costumbres, técnicas, modos de vida y religión, según él, dadas por “descendientes” de las etnias aborígenes que describe (mariches y quiriquires).
Saludos, comentaristas. Veo con mucha gracia que me han comentado bastante, casi que esto pareciera un “chat”, por la rapidez con la que contestan cada vez que el personaje principal de esta comedia pseudo-arqueológica escribe algo. Los comentarios no han parado de llegar, sólo que no los ven porque yo, dentro de mi autoridad en este blog personal, no apruebo su publicación… ¡y vaya qué comentarios nuevos no aprobados por mí me han llegado!… incluso algunos de esos comentarios contienen condenables acusaciones sin sentido, lanzadas como en medio de la niebla, dignas de ser llevadas ante la Ley junto con el emisor de dichas acusaciones.
Señores, no se afanen, yo no soy empleado de nadie, ni ando buscando fama o prestigio. Lo único que busco o buscaba con este artículo era HACER HONOR A LA VERDAD. Jamás he estado interesado en piezas arqueológicas, y las únicas que he llegado a tener cerca de mí -pero separadas por un vidrio- han sido las piezas de arte pre-hispánico que expone la Galería de Arte Nacional, cuando voy a alguna de sus exhibiciones.
Y ojo: yo no trabajo para nadie, ni para científicos ni para políticos. Cuando hablo de algunos arqueólogos es porque me apoyo en sus trabajos y, como sucedió con todo el seguimiento al caso que hice y que terminó en este artículo, en sus consejos, cuando existía comunicación personal (con Mario Sanoja fue casual, aún despues que en la Internet existía un fragmento de su opinión sobre las “locas teorías” de Prieto).
Agradezco que no me dejen más textos risotéricos en este artículo, porque de lo contrario llevaré los comentarios acusativos a la justicia, para ver con qué pruebas saldrán a acusarme, toda vez que en esos comentarios, cuando se refieren a mi persona, lo que dicen son babosadas de adolescente.
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