sábado, 19 de septiembre de 2009

Charles Brewer Carias a temblar por los cañones

Charles Brewer-Carias el mejor exlorador e investigador de Venezuela
Charles dibujando el grabado de un cañón de La Sabana
Charles midiendo un cañón de La Sabana para su porterior investigación
Arriba la Culebrina de bronce de La Sabana recien rescatada del pecio y abajo la misma culebrina luego de ser mal restaurada sin utilizar la metodología cientíca destruyendo su patina original luego de ser pulido
Culebrinas en el Mueo de las Armas de Francia
Cañón de La Sabana Estado Vargas
Detalle de asa decorado para amárre del cañón de la Sabana
Cañón con grabado de La Sabana del año 1632
Cañón con grabados del naufragio de La Sabana
Cañón de La Sabana con grabados que permiten saber el año de fabricación y su procedencia

Fuente: www.codigovenezuela.com 1 de septiembre de 2009
Fotos: Charles Brewer-Carias
Los cañones de bronce rescatados del pecio de La Sabana corren peligro en manos del IPC
Esto es algo por lo cual preocuparse, porque sobre lo que alerto aquí le está ocurriendo a unos cañones provenientes de un naufragio encontrado en el Litoral Central de Venezuela.Cuando Rodolfo Plaza, Beatriz Sogbe y mi persona aceptamos ser entrevistados por una reportera de El Nacional, fue para ayudar a que no se olvidara lo que habíamos hecho por el patrimonio nacional hace tres años, y porque pensamos que al igual que nosotros, la opinión pública continuaría preocupada por el destino de cinco de los maravillosos cañones que habían sido encontrados en un pecio cercano al pueblo de La Sabana. Nunca pensamos que la entrevista tendría un efecto tan inmediato; ya que cinco días después, las autoridades policiales encontraron escondidas en el estado Carabobo tres de las magníficas piezas de artillería que de una forma misteriosa se extraviaron después de que las habíamos ubicado y logrado que los pescadores que las encontraron, no las siguieran cortando y vendiendo como chatarra. Entonces solicitamos el auspicio y control por parte del Instituto del Patrimonio Cultural de Venezuela (IPC) (carta 09-01-2007).
Para lograr la ubicación de aquellas reliquias, estuvimos entonces involucrados un grupo de 14 investigadores y expertos que trabajamos gratuitamente en las labores submarinas, de estudio y de conservación que fueron necesarias para garantizar que ese pecio, representado entre otras cosas por al menos las cinco formidables culebrinas, pudiese ser exhibido en un Museo marítimo que se construiría en algún lugar del Litoral Central, como La Sabana o Caruao.
Sin embargo, el convenio que hicimos entonces con el IPC no se respetó y ahora, en vez de alegrarnos por el rescate de estos otros cañones, estamos más preocupados que cuando estaban perdidos. Este instituto decidió contratar el año pasado a un supuesto experto original de la Isla de la Rumba, quien se empeñó en limpiar la única Culebrina que había sido atesorada con gran cuidado por un particular antes de que le fuese arrebatada de forma violenta por las autoridades del Instituto durante una noche del mes de enero del 2007.
Decimos que nos encontramos ahora más preocupados que antes, porque este rumbero restaurador, que más bien trabaja como santero, cometió un acto de barbarie, para no buscar otro término que defina lo que hace la ignorancia. Con gran saña y detalle logró eliminar toda la hermosa pátina verde cuatro veces centenaria que le daba a esta pieza de artillería la credencial histórica apropiada y de la que dejamos testimonio cuando, acompañados por el biólogo y buzo experto Prof. Rodolfo Plaza, fotografiamos y publicamos en el Noticiero Digital de diciembre de 2006 las fotografías que documentaron el estado de conservación en el que se encontraba entonces la Culebrina.
Pero si que no dejaremos de temblar por los cañones; debido a que se encuentran ya en manos de un Instituto que no tiene idea de que los cañones de bronce no pueden ser limpiados hasta el metal. Esto resulta evidente porque no aplicaron el método de tratamiento que se le hizo recientemente a los cañones que fueron rescatados del pecio del San Diego en la bahia de Filipinas. Tampoco consultaron sobre el tratamiento que se habría hecho a los numerosos cañones rescatados del buque insignia VASA ni sobre lo que se había hecho con piezas de artillería similares que ahora reposan en el Museo de la Armada en Paris (Musée de l’Armée française de Les Invalides), donde el Sr. Alfredo Chacón-Dominguez-Moreau obtuvo en Abril -2009 la imagen que adjuntamos para ilustrar como están esos cañones cubiertos con su valiosa pátina verde que los ha protegido por siglos (ver fotografía adjunta).
Igualmente es importante saber que, cuando Clawes Van Dam fundió este cañón en 1632, se decía de aquellos que aparentaban lo que no eran que se estaban “haciendo el verde“, porque había entonces marinos que pintaban de color verde sus cañones de hierro, para así hacer creer que eran de alcurnia. Sólo los barcos insignias tripulados por almirantes y contraalmirantes iban oficialmente armados con cañones verdes (de bronce), debido a que si éstos llegan a estallar por alguna causa, no esparcen la mortífera metralla que usualmente se desprendía cuando algún cañón de hierro débil y mal cargado lo hacía. Por cierto, este cañón fue fundido en el siglo XVII, y no el XVI como dice el babalao en la publicación que hizo para justificar su atrocidad.
También tuvo que saber este restaurador originario de una isla llena de cañones y de historia donde hay indiscutibles expertos en arqueología submarina que bastaba sumergir el bronce en agua dulce por varios días y después hacerle pasar una muy débil corriente continua (DC) dentro de un tanque con agua carbonatada. Esta corriente extrae los pocos iones de cloro que hubiesen penetrado al metal por haber estado sumergido bajo el mar durante centenares de años (© Claude Formet, Paris 1997).
Vemos ahora con enorme tristeza y decepción, como el IPC nos engañó y se despreció completamente la preocupación que mostramos los que nos pusimos gratuitamente a la orden del Instituto en diciembre de 2006. Aquel patriótico esfuerzo fue en vano y nos hizo granjear la enemistad de gente muy valiosa y emprendedora. Pero además lo que nos da mayor frustración es darnos cuenta que si no hubiese sido ilegal que estos cañones hubiesen permanecido escondidos por un tiempo en el sótano de algún particular y este importante Instituto IPC se hubiese dedicado a inventariar, estudiar y conservar mejor este y los otros pecios que conocemos; no se habría perdido esa valiosísima pátina verde que el tiempo, el mar y la historia, habían impreso sobre los cañones de bronce del pecio de La Sabana.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Hacienda La Estancia Caracas

Parte de la Hacienda La Estancia



Detalle de macetas con bellas flores



Tinajones estilo colonial

Tinajon de estilo colonial siglo XVIII utilizado para agua u otros



Detalle de la pared original de la Hacienda La Estancia


Banco con azulejos


Detalle de Banco con arabescos multicolores



Fuente con bellos azulejos posiblemente español


Banco de azulejos en el jardin



Campana utilizada para reunir a los esclavos negros para las labores en la Hacienda La Estancia

Fuente: Todo en Domingo No. 97 revista del Diario El Nacional Caracas, domingo 12 de agosto de 2001
Fotos: Zoraida Morandi
El museo de la bella flora
Fue una hacienda cafetalera en el siglo XVIII y uno de los lugares donde se impartieron las primeras lecciones de música en Caracas. Desde que en 1995 reabriera sus puertas al público, se ha convertido en un sitio ideal tanto para el disfrute de la naturaleza como para la divulgación de modalidades artísticas como la fotografía y el diseño gráfico e industrial.
El Centro de Arte La Estancia se contrapone a las modernas torres y transitadas avenidas de la urbe, por sus frondosos jardines y la casa que formaba parte de la antigua hacienda La Floresta, que data de 1783.
Situado en la avenida Francisco de Miranda, en la urbanización La Floresta, el Centro de Arte La Estancia, que fue declarado Monumento Histórico de la Nación, conjuga el legado de la época colonial, expresado en la arquitectura de su planta física, con lo más innovador en diseño y tecnología.
En 1783 se funda La Floresta en los terrenos de lo que fue la hacienda Santa Ana, para iniciar la producción del café en la capital de la entonces Capitanía General de Venezuela, y seguir el ejemplo de las colonias francesas de Haití, Martinica y Cayena. La producción cafetalera, que pronto pasó a convertirse en el sostén de la región, se desarrolló en esta propiedad, y en las haciendas Blandín y San Felipe, situadas en los sitios vecinos.
En el libro La primera taza de café, de Arístides Rojas, se relata que "la introducción y cultivo del árbol del café en el valle de Caracas se remonta a los años 1783 y 1784. En las estancias de Chacao, llamadas Blandín, San Felipe y La Floresta, que pertenecieron a Don Bartolomé Blandín y a los presbíteros Sojo y Mohedano, cura este último del pueblo de Chacao, crecía el célebre arbusto, más como planta de adorno exótica que como planta productiva. Los granos y arbustillos recibidos de las Antillas Francesas habían sido distribuidos entre estos agricultores, quienes se apresuraron a cuidarlos, pero andando el tiempo, el padre Mohedano concibe en 1784 el proyecto de fundar un establecimiento formal, recoge los pies que puede de las diversas huertas de Chacao y planta seis mil arbolitos, los cuales sucumben casi en su totalidad. Reunidos entonces los tres agricultores mencionados, formaron semilleros según el método practicado en las Antillas y lograron 50 mil arbustos que rindieron copiosa cosecha".
La hacienda La Floresta permanece dedicada a la actividad cafetalera hasta 1944, período durante el cual tuvo diferentes dueños. En 1915 es adquirida por la familia Sosa, quienes fueron sus propietarios hasta 1988, año en que fue reconstruida por Petróleos de Venezuela con el fin de abrir un lugar para la promoción y difusión de tres disciplinas importantes en el desarrollo de las sociedades modernas: el diseño gráfico, el diseño industrial y la fotografía.
LEGADO HISTORICO. En 1988 comienzan los trabajos de restauración de la edificación y los jardines, con la asesoría de la Fundación para el Rescate y Conservación de Inmuebles, Localidades y Bienes de Valor Histórico Religioso y Cultural (Funreco). Bajo la dirección del arquitecto Ramón Paolini se elaboró el proyecto y se ejecutó la recuperación, conservación e intervención en aquellos lugares que lo necesitaban.
La labor comprendió la recreación de la casona cafetalera en las áreas que ocupaban las habitaciones, además del rescate de los pasillos anexos, el patio de las caballerizas y la antigua cocina. Se acondicionaron áreas como el tanque de lavado y el patio de secado del café, el galpón donde se almacenaban los granos, el salón donde eran trillados y los jardines que rodeaban la casa. Aún se mantienen restos de muros y pisos originales de la hacienda, y en algunas columnas y paredes se observa el rojo puro del almagre, resultado de una mezcla de tinturas con sangre de toro.
El centro es un lugar armónico que combina el pasado con lo actual en un proyecto que involucró a arquitectos, ingenieros y especialistas en conservación durante siete años, hasta 1995, fecha en que el lugar fue abierto al público.
DISEÑO Y FOTOGRAFIA. La misión del Centro de Arte La Estancia ha sido promover el diseño y la fotografía, con orientación hacia especialistas y público en general, y estimular actividades que generen vínculos entre la industria, la tecnología, la cultura y la comunidad.
En el transcurso de los últimos cuatro años, no menos de 35 exposiciones han sido presentadas en las salas del centro. Para lo que resta del año 2001 están confirmadas las muestras "100 Años de Juguetes", "Verdi y su tiempo", "Retrospectiva de Tapio Wirkkala" y dos interesantes propuestas de fotografía canadiense e israelí.
Desde su apertura en 1995, el público ha tenido acceso al Centro de Información La Estancia (CILE), que ofrece servicios de documentación y consulta de libros, catálogos, folletos y publicaciones especializadas en diseño y fotografía. Además, el CILE permite el acceso a diferentes bases de datos sobre las áreas mencionadas y es integrante de la Red Corporativa de Información de la Industria Petrolera y Petroquímica (Rippet). También coordina el web site del Centro de Arte La Estancia, http://www.estancia-pdv.com.ve/, que contiene información sobre el sitio, sus actividades y un completo boletín mensual de noticias. Esta página permite a los usuarios visitar virtualmente las más importantes exposiciones que ha realizado el centro, conocer sus servicios y recorrer algunos lugares de la hacienda.
OASIS EN EL CONCRETO. A la par del trabajo de reconstrucción y en el marco de la campaña conservacionista "Cuidar es Querer" de Petróleos de Venezuela, se rescató el jardín de 30.000 metros cuadrados en el que conviven 120 especies botánicas catalogadas. Árboles inmensos, algunos incluso de 200 años de edad, dan sombra a especies recién sembradas que conforman este oasis de la ciudad. En ese escenario se desarrollan actividades como el Programa Histórico Ambiental de Visitas Guiadas, mediante el cual el visitante conoce la historia de la casa y recorre sus áreas verdes.
El Centro de Arte La Estancia reserva los primeros domingos de cada mes a los pequeños, con el programa "La Estancia invita a los niños". Asimismo, en los meses de agosto y septiembre, se organizan planes vacacionales dirigidos a pequeños, jóvenes y adolescentes.
La historia de La Estancia está íntimamente relacionada con la música, pues el Padre Sojo, uno de sus primeros y más notables moradores, reunía allí a aficionados, estudiosos y académicos en animadas tertulias. Esta habitual práctica la convirtió en un importante núcleo de la música académica de aquellos tiempos, que a la postre culminaría con la creación de la famosa Escuela de Chacao. Para continuar con esa tradición, el Centro de Arte La Estancia realiza conciertos todos los fines de semana, dando cabida a la presentación de nuevas agrupaciones musicales profesionales.
Entre los eventos musicales más relevantes previstos para este año se cuentan el concierto especial que marcará la apertura de la exposición iconográfica de Giuseppe Verdi, el 2 de septiembre, con orquesta, solistas y música del insigne maestro; el tradicional Caracas Pop Festival con la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho, también en septiembre; y en octubre el festival "Jazz en La Estancia 2001" con destacados artistas de este género musical.
Con la creciente demanda de actividades, la estrategia de la institución se ha orientado hacia la consolidación de modelos de cooperación por medio de la búsqueda de patrocinio. Cada una de las empresas e instituciones aliadas con La Estancia se ha unido al proyecto.