miércoles, 24 de noviembre de 2010

Pecios hundidos en las costas venezolanas

Mapa de barcos hundidos en las costas venezolanas SUBVITUR


Fuente: http://www.antiguaymedieval.blogspot.com/ 22-8-2009 tomado de El Nacional 16 de agosto de 2009 y escrito porAdriana Rivera
La peor tragedia marina del siglo XVII ocurrió en VenezuelaUn grupo encabezado por Charles Brewer exploró el naufragio en 1998 Hace más de tres siglos, corsarios y piratas franceses se lanzaron a los mares americanos para impulsar la expansión de Francia, azotar colonias españolas y conquistar los enclaves holandeses. En su libro Demonios del mar, Luis Britto García relata que Luis XIV envió en 1678 al conde Jean D'Estrées a la conquista de las costas venezolanas. A través del río Orinoco, tomó Guayana. Después invadió Martinica, Margarita, Trinidad y Tobago. Luego le encomendaron ocupar Curazao con una flota de 15 navíos y más de 1.000 hombres. Pero los vientos los hicieron encallar en el arrecife que rodea el archipiélago Las Aves, al noroeste de Venezuela. La mitad de la tripulación se ahogó. Para la época, fue la peor tragedia marítima: además de hombres, Francia perdió barcos importantes de su armada."Venezuela estuvo a punto de ser inglesa, francesa, holandesa. D'Estrées barrió nuestras costas. Ese naufragio nos salvó de ser una suerte de Guyana francesa", exclama Britto vía telefónica. Agrega que en su actividad como buzo ha constatado el descuido de las costas. Cree que las autoridades no se han preocupado por ubicar y resguardar los pecios.Britto García participó en la exploración que en 1998 organizó Charles Brewer Carías, junto con otros buzos: Rodolfo Plaza, Federico Mayoral, Jaime Ballestas y el camarógrafo Carlos Vilkerman. Como invitado iba el estadounidense Barry Clifford, dueño de una empresa de investigación marina y de uno de los barcos mejor equipados para la expedición."Queríamos hacer un registro fotográfico; enviamos comunicaciones al Ministerio de Interior y hablamos con el Instituto de Patrimonio Cultural", recuerda Brewer. Dice que había objetos de metal, perdigones, cañones de hierro y de bronce. De hecho, tiene en su casa una vasija y varios plomos de ese pecio, los cuales ­asegura­ donó al Museo Marino de Margarita, pero la institución aún no los ha retirado. En medio de la navegación, Clifford ordenó al equipo de Brewer que abandonara su barco. "Ninguno de ellos podía declararse descubridor del pecio porque ya se sabía que estaba ahí. Poco tiempo después del naufragio, Francia mandó a recuperar restos.Brewer y Clifford compitieron por el protagonismo", dice un miembro del equipo. En 2003, Clifford escribió el libro La flota perdida, en el que se atribuye el descubrimiento. En 1999, Brewer denunció que la Armada venezolana contrató una empresa para recuperar y comercializar los restos: "Alertamos al IPC porque eso pertenece a la nación. Nosotros sólo queríamos hacer el inventario, pero nos prohibieron volver". Plaza afirma que Mespa fue la empresa contratada y que ésta tenía relaciones con funcionarios de la Armada. La compañía, con el barco hondureño Explorer, estuvo en Las Aves estudiando el pecio. En 2000, representantes de la firma admitieron al periodista francés Vincent Noce que deseaban rentabilizar su inversión mediante la creación de "una industria de los descubrimientos". Aún se desconoce si extrajeron objetos y las conclusiones de la investigación. Algunos submarinistas afirman que el pecio está expuesto a saqueos.
El tesoro que naufragó en La Sabana
El pueblo de Vargas vive su propia historia de piratas y corsarios: en 2006, pescadores extrajeron cañones de bronce de un barco del siglo XVII que se hundió en sus playas. La nación sólo ha recuperado dos de las piezas. La Fiscalía abrió una investigación.En Vargas extrajeron tesoro de naufragio del siglo XVII. Una de las piezas aún no ha sido recuperada por el Instituto de Patrimonio Cultural. Pescadores hallaron en las aguas del pueblo de La Sabana cañones de bronce. Algunos fueron vendidos y el Estado sólo recuperó una pieza del año 1553 y otra de 1632. Otra parte de ese patrimonio cultural está desaparecido y la Fiscalía investiga el hecho desde 2007.Las mejores langostas de Vargas se consiguen entre los corales que crecen encima de un trozo de la historia venezolana del siglo XVII. Allí también se atrapan con arpón los peces grandes que terminan en los restaurantes. "Vamos a pescar pa’ los cañones", se escucha en La Sabana, un pueblo de pocas calles, al este de Vargas. Aunque esa artillería es punto de referencia para la actividad pesquera, los pobladores nunca repararon en el valor que tenían esas piezas de bronce y cajas arrumadas en el fondo del mar, "a sólo 100 metros de la orilla", calculan algunos. Hasta finales de 2006, cuando el saqueo del pecio (los restos del naufragio) causó revuelo en el lugar.Un grupo de pescadores extrajo entre 6 y 12 cañones de al menos 400 años de antigüedad, que por ley son patrimonio cultural de la nación. Uno lo vendieron en pedazos para el reciclaje de chatarra y los otros los negociaron con particulares. La Fiscalía investigó delitos contra el patrimonio para frenar el saqueo, pero son muchos quienes persiguen el tesoro, incluso miembros de la Armada, relatan los habitantes del pueblo. Los cañones están valorados en varios miles de dólares, pero es la información histórica que pueden brindar la que los hace invaluables.José Antonio Laya, de 43 años de edad, Chema para sus vecinos, es uno de los buzos de la localidad. Descubrió los cañones hace unos años, mientras aprendía a pescar con uno de los veteranos del pueblo. A finales de 2006 le comentó a un grupo de pescadores de Naigüatá sobre los cañones hundidos. Aunque él no habla sobre el punto, sus vecinos aseguran que a Laya ­primo del ex gobernador de Vargas Alfredo Laya­ le pagaron por precisar dónde estaba el naufragio, pero no sospechó los problemas que le traería. Pocos días después, los de Naigüatá llegaron en lanchas a la medianoche y, a fuerza de arrastre, extrajeron varias de las piezas de artillería."Vi que sacaron los cañones en dos lanchas, pero no imaginé que eran patrimonio. Después le conté a la gente que habían sacado eso y el pueblo se sintió robado. Los de Naiguatá me amenazaron de muerte por haber hablado y hasta la Armada me buscaba. Me tuvieron que poner protección policial", relata Laya. En sus inmersiones ­dice­ ha visto al menos 50 cañones de bronce, además de cajas cuyo contenido desconoce.Ambición despierta.El naufragio sería el sueño de piratas y corsarios de la Colonia: la artillería de bronce, con adornos y escudos de los reyes, era usada por los marinos más reputados. Basta bucear a siete u ocho metros de profundidad para toparse con él. Si el agua está mansa y clara, se ve desde la lancha. "De toda la vida se sabe que eso está ahí; nadie lo había movido. Pero vinieron los del otro pueblo con ambición de dinero", afirma Luis Remigio Pérez, vocero del consejo comunal.La Sabana es conocida como semillero de grandeligas y por las fiestas con cantantes internacionales que uno de sus hijos más famosos, el pelotero Kelvin Escobar, le regala una vez al año. Es uno de los eventos que más turistas atrae a este pueblo de 1.658 habitantes, cuyo puente de acceso se derrumbó hace meses. Repentinamente, muchos se interesaron en el lugar. "Chema sacó junto con otro buzo una rueda y un ancla de bronce, y eso se llevó a la casa artesanal del pueblo. Pero no terminaban de decir qué era eso. Hasta que supimos que los de Naiguatá estaban sacando los cañones.Por aquí vinieron los militares y la policía. Allanaron la casa de la mamá de Chema buscando un cañón. ¡Qué iba a haber en esa casa tan chiquita! Muchos temíamos por la vida de Chema. Todo el mundo andaba detrás de eso", recuerda Otilia Bolívar, habitante del pueblo. Los dos cañones que recuperó el Instituto de Patrimonio Cultural, IPC, dan cuenta de un naufragio de hace al menos 400 años. El primero de ellos, de 1553, es del fabricante holandés Remigy de Halut, llamado "el fundidor del emperador". De 1538 a 1556, Halut trabajó para Carlos I, que gobernó media Europa, incluyendo España y sus colonias. Los cartuchos y la culata tienen la inscripción del rey. Un informe de Max Guérout, del Grupo de Investigación de Arqueología Naval de Francia, detalla que Halut produjo 270 piezas de artillería. "Era una referencia en las armadas europeas de la época. Cañones como ése se encontraron en Filipinas e Irlanda y algunos están exhibidos en museos de Madrid", precisa Guérout vía telefónica.El segundo cañón data de 1632 y fue elaborado por Clawes Vandam, un fundidor danés que trabajó en Hamburgo, Alemania, para el rey Felipe IV, uno de los reinados más largos de España. Las versiones de los lugareños indican que los pescadores de Naiguatá vendieron los cañones a particulares por entre 15.000 y 40.000 bolívares fuertes cada uno. El grupo que al principio se animó a extraerlos del fondo del mar era de 4 pescadores.Pero, poco a poco, ante la imposibilidad de sacar con disimulo ­y sin ayuda­ esas moles de cobre, se sumaron 14 hombres. Tras el botín. El trajín de los cañones fuera del mar se convirtió en asunto policial. Una fuente del IPC, que prefirió el anonimato, indicó que Claudio Scrosoppi, dueño de una tienda de equipos de buceo, fue el primero que contactó a los pescadores y adquirió las piezas. Habría conservado un cañón y vendido tres al empresario Emilio Barón. Fuentes aseguran que un tercer empresario habría comprado otro.El grupo contactó al explorador Charles Brewer Carías para que evaluara los cañones junto con el biólogo y buzo Rodolfo Plaza. "Nos dijeron que tenían cuatro, que los habían obtenido de un lugar secreto. Los fotografiamos y llevamos el material al IPC. Organizamos un equipo para estudiar el pecio. El instituto había llegado a un acuerdo verbal con nosotros para mediar con los pescadores y los `dueños’ de los cañones, pero luego decidió recurrir a la policía y se rompió el contacto", cuenta Brewer. Plaza asegura que le sugirió a Barón notificar el hallazgo al IPC. "No podían pagarles por algo que es propiedad del Estado. Les ofrecieron participar en el rescate del barco, pero los pescadores pedían una camioneta Hummer como recompensa. Barón rompió contacto con el Instituto y buscó a la Armada", señala. En La Sabana recuerdan que la participación de los militares generó una protesta en el pueblo. "Barón vino en un buque de la Armada, a principios de 2007. El pueblo se alertó y salimos en lanchas a rodearlos. Había unos buzos con tanques y cámaras submarinas. Ellos dijeron que estaban con una fiscal, pero la señora nunca se apersonó.No tenían permiso para sacar nada. Tuvieron que irse", relata el vocero del consejo comunal. "Uno de los buzos de la Armada, al salir del agua, dijo que ahí había un tesoro. El pueblo se alebrestó. El capitán nos quiso apuntar, pero no dejamos que se llevaran los cañones", agrega el pescador Luis Cartaya. Scrosoppi confirma que Barón organizó una expedición a la zona. Le solicitó, a principios de 2007, una cotización de equipos de buceo necesarios para explorar el pecio. "No los acompañé. Creo que la Armada quería descubrir el barco porque tiene valor histórico. Como estoy en el medio del submarinismo, la gente supuso que tenía algo que ver, pero no tuve ningún cañón", asegura. El vicepresidente del Instituto Nacional de Espacios Acuáticos, Francisco Ugarte, afirmó que el ente regulador de las actividades marinas y submarinas desconoce el incidente con la Armada y que las exploraciones por parte de organismos privados o públicos deben contar con la aprobación del Ministerio de Obras Públicas y el de Defensa y ser acompañadas por la Armada y el INEA.Adelis Giménez, historiadora que trabaja para la Armada, dice que en esa época los buques hicieron sondeos para estudios meteorológicos y que, probablemente, los habitantes de La Sabana creyeron que la presencia de los oficiales en el lugar estaba relacionada con el pecio. Al mejor postor. Beatriz Sogbe, crítica de arte, fue contactada ­no revela por quién­ para hacer el avalúo de un cañón y después ofertarlo a una casa de subastas. "Me pareció que algo andaba mal. Tuve que insistir para que me llevaran a verlo. No cobré ni les entregué el informe", indica. Dice que planteó al IPC la creación de un museo y que la BBC y National Geographic se interesaron. "No nos escucharon. Lo que recibí fue una citación de la Fiscalía para relatar algo con lo que no tenía que ver", lamenta.
El Instituto de Patrimonio Cultural actuó judicialmente.
La Fiscalía 1° de Ambiente, entonces a cargo de Alejandro Villarroel, solicitó allanamientos a las casas de los pescadores y de los compradores de las piezas. El cañón que tenía Barón fue recuperado. "Los pescadores lo sacaron para venderlo porque era de bronce y se los compré para preservarlo. En vez de agradecerme, me acusaron de apropiarme indebidamente de eso", señaló Barón vía telefónica, quien se negó a responder más preguntas. Entre las fotos que Brewer hizo a los cañones, hay una en la que se observan tres piezas. Pero el IPC recuperó sólo dos.Es decir, el paradero de al menos uno de ellos es desconocido. Otras versiones indican que fueron escondidos y que ninguno de esos tres corresponde a los recuperados. La fiscal que ahora lleva el caso, María Afonso, prefirió no declarar. "La investigación continúa abierta", se excusó a través de funcionarios de prensa. La delegación venezolana en la Unesco y representantes del IPC se reunieron con Guérout, en Francia, a mediados de 2007. Le dieron fotos de los cañones para que hiciera la descripción. "Había voluntad de investigar, pero las cosas cambiaron. La Marina venezolana, que es muy poderosa, asumió el caso", señala Guérout.En junio de 2007, el IPC contrató cuatro expertos cubanos para estudiar el pecio y conservar los cañones que, expuestos al oxígeno luego de cuatro siglos bajo el mar, pueden descomponerse. Contrataron a Chema como buzo para que los apoyara en la exploración y explicaron a la gente la importancia de las piezas. Hace más de un año, junto con el consejo comunal, se decidió crear el Museo Marítimo de La Sabana, en donde se exhibirían las piezas del naufragio. Debió empezar a funcionar hace meses, sin embargo, de ese proyecto sólo se ven las bases y una valla en la entrada del pueblo. "Confiamos en eso para crear más fuentes de empleo y poner a valer el turismo. Nos iban a formar como guías turísticos. Pero parece que no están los reales para terminarlo", señala Pérez.Para cuidarse del saqueo, los pescadores han desarrollado un sistema de alarma. Cualquiera que vea una embarcación cerca del área, avisa a los demás. "Nos vamos en lanchas a ver qué quieren, quiénes son", dice el líder del consejo comunal. Pero su vecina Otilia es menos optimista: "El pueblo cuida mucho eso, pero a lo mejor alguien ya lo sacó mientras dormíamos. No sabemos en qué momento llega una fragata y se lo lleva"."Puede haber más de un naufragio en el litoral"El historiador Gerardo Vivas Pineda opina que en la zona probablemente zozobraron varias naves dedicadas al contrabando de mercancíasD urante la Colonia, Puerto Cabello y La Guaira fueron los puertos de mayor importancia en Venezuela. El pequeño pueblo de La Sabana, en Vargas, pudo haber sido un enclave de contrabando de mercancías en esa época, cuando el país estaba forzado a transar artículos con España y se veía franqueado por mercaderías holandesas, inglesas y francesas. Por eso, el historiador Gerardo Vivas Pineda cree que el pecio hallado en 2006 en esta localidad puede tratarse del resultado del naufragio de más de una nave en esa zona. Llega a esa conclusión porque se hallaron cañones de bronce de distintas épocas y fabricantes.Dos de ellos ­uno de fundidor holandés y otro danés­ tienen 80 años de diferencia en su fecha de elaboración; sin contar con un tercero del que recibió fotos el arqueólogo francés Max Guérout. Por las gráficas, Guérout infirió que se trataba de un escudo portugués, pero no tiene seguridad. Están también otros cañones ­se desconoce cuántos extrajeron los pescadores­ que el Instituto de Patrimonio Cultural no pudo recuperar."Para mí, puede haber más de un naufragio en esa zona del litoral central. La empresa marítima durante la navegación a vela era la más poderosa y costosa del mundo. Por la carestía recurrían a un mismo proveedor. Los que se apartaban de esa modalidad eran los piratas, que asaltaban barcos. La gente tiende a creer en estas historias, pero lo que me dice la lógica histórica es que puede tratarse de varios barcos", señala Vivas Pineda. Si se trataba de marinos con poca experiencia en la navegación del Caribe ­especula­ pudieron encallar en La Sabana, al no saber lidiar con las corrientes. "En 1743 fracasó la toma de La Guaira organizada por los ingleses porque no pudieron manejar los vientos y zozobraron", ejemplifica.Guérout explica que pueden encontrarse artillerías disímiles en una misma nave hundida porque eran de buena factura y tenían una larga vida útil a bordo. Halut, el fundidor holandés, por ejemplo, era uno de los más reconocidos del siglo XVI. Los habitantes de La Sabana, por su parte, hablan de un barco pirata que zozobró o de alguna batalla entre españoles y corsarios, incluso hay quien menciona a las tropas independentistas. "Yo creo que fue un solo barco que naufragó ahí, cerca de la orilla. Los cañones están todos juntos, como si un camión los hubiera vaciado", dice Luis Cartaya, pescador que ha buceado en el área.La venezolana Beatriz Sogbe, tasadora de obras de arte, dice que observó uno de los cañones extraídos. En las investigaciones para hacer el avalúo de la pieza, recurrió a archivos históricos europeos. "Allí me enteré de que los cañones originales eran para barcos de bucaneros. Esos cañones tan bellos y elaborados se consideraban botines de guerra en el mar. Probablemente, provenían de un barco pirata, porque si hubiera sido un bucanero todos los cañones serían iguales. Las piezas no tenían bandera del reino, así que puede que pertenecieran a saqueos diferentes que trasladaban en el barco".Sin embargo, la tesis de la multiplicidad de naufragios parece cobrar fuerza. El 2 de julio de 2008, el semanario Todos Adentro , que edita el Mi- nisterio de Cultura, publicó declaraciones de Adrián Paz, antropólogo cubano contratado por el IPC para estudiar el naufragio de La Sabana, en las que asomó la posibilidad de que haya más piezas arqueológicas sumergidas en el área, por el intenso tránsito marítimo que pudo tener hace cuatro o cinco siglos. "Se encontró en días pasados un ancla de la época colonial que no está vinculada a las piezas anteriores. Por ello, ahora hay que realizar un trabajo de investigación para empezar a buscar algunos hundimientos que hayan sido registrados en épocas pasadas y hacer todo un levantamiento de ello, para ver cuáles pueden ser los posibles buques que se encuentren en esta zona", dijo.El hecho de que algunos de los cañones sean de origen holandés no toma por sorpresa a Vivas Pineda. Las costas venezolanas, advierte, fueron descuidadas por el imperio español, que ponía más atención en las rutas marítimas de México, Perú o Cartagena, desde donde se trasladaban piedras y metales preciosos. Las provincias venezolanas, de vocación agrícola, pasaban a un segundo plano. "Para ellos era un mar con poco valor estratégico. Por eso se pierden las Antillas Holandesas y Trinidad. Los holandeses tomaron islas y las utilizaron para hacer contrabando con la costa venezolana. Debe haber muchos pecios holandeses en el país"

Armada Bolivariana inicia campaña de exploración de barcos hundidos en costas venezolanas


Foto antigua de la Armada que participó en rescate del Navío San Pedro Alcántara
Foto antigua de la Armada que participó en rescate del Navío San Pedro Alcántara
Foto antigua de la Armada que participó en rescate del Navío San Pedro Alcántara
El general español Pablo Morillo 
Plano antiguo del Navío San Pedro Alcántara
Foto antigua de rescate de Cañón del Navío San Pedro Alcántara
Recientemente buzos de la Armada investigan barcos antiguos hundidos entre ellos el San Pedro Alcántara
Recientemente buzos de la Armada investigan barcos antiguos hundidos, aquí puede verse un gran cañón del Naufragio San Pedro Alcántara
Fuente: http://www.vtv.gob.ve/ Caracas, 17 de noviembre de 2010
Revista "Correo de la Armada", Órgano informativo de la Armada de la República Bolivariana de Venezuela, Caracas, 2011 No 294, Edición 40⁰ Aniversario
http://memoriascarloselbuzo.blogspot.com/2011/06/armada-bolivariana-inicia-campana-de.HTML
http://memoriascarloselbuzo.blogspot.com/2011/06/armada-bolivariana-inicia-campana-de_30.html
Investigan los restos del San Pedro Alcántara, nave insignia de la expedición de Pablo Morillo, el cual naufragó cerca de Nueva Esparta a causa de un incendio y posterior explosión en el mes de abril de 1815 / Igualmente un naufragio de un submarino alemán de la Segunda Guerra Mundial, hundido por su tripulación en 1945 en Mochima
Por disposición del Presidente de la República y Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana Hugo Chávez Frías el comandante general de la Armada Bolivariana almirante Carlos Máximo Aniasi Turchio impulsó nuevamente en nuestro país las investigaciones en el campo de la arqueología submarina.
A tal efecto desde el pasado mes de septiembre la Dirección de Acervo y Estudios Históricos Navales de la Armada Bolivariana a cargo del capitán de navío Luis Farage Dángel comenzó a realizar los primeros estudios con una campaña de exploración en el Oriente del país.
Esta primera campaña se centró en la ubicación y exploración del naufragio del navío español San Pedro Alcántara, nave insignia de la expedición del teniente general de Infantería de Marina Pablo Morillo, el cual naufragó a causa de un incendio y posterior explosión en el mes de abril de 1815 en las inmediaciones de las islas de Coche y Cubagua en el estado Nueva Esparta.
Rememorando la historia, el San Pedro Alcántara fue el barco de guerra más poderoso que surcó nuestras aguas durante el período de la Independencia y fue catalogado como navío de línea de dos puentes con sesenta y cuatro cañones a bordo.
El CN Farage Dangel refiere que en las tareas de verificación del naufragio participó un grupo multidisciplinario conformado por historiadores, biólogos marinos, camarógrafos y fotógrafos subacuáticos y buzos especializados en rescate e investigaciones submarinas además de la colaboración de pescadores y buzos de la Isla de Coche como son los señores Lucas Pérez y Rafael Salgado, este último conocido como "Chuvalo".
"Durante seis días se ejecutaron un total de veinte inmersiones a más de veinte metros de profundidad para realizar mediciones, levantar las cuadrículas de geoposicionamiento del naufragio y tomar imágenes fotográficas y filmográficas de los restos del navío a fin de preservar el patrimonio subacuático de la nación", explica el director de Acervo y Estudios Históricos Navales de la Armada Bolivariana.
"Es importante señalar que desde 1959 no se realizaba una expedición formal de arqueología submarina y fue durante ese año que la Armada logró explorar ese naufragio bajo la dirección del entonces teniente de fragata Haroldo Rodríguez Figueroa (posteriormente vicealmirante y comandante general del componente entre 1983-1984), el alférez de navío Lizardo Marquez y por los señores Gonzalo Rodríguez del Villar y Alfredo Vélez Boza, entre otros", señala el CN Farage.
Para el desarrollo y éxito de esta reciente expedición de arqueología submarina encomendada por el Comando General de la Armada Bolivariana se contó con el apoyo del Comando de la Región Estratégica de Defensa Integral Marítima Insular a cargo del vicealmirante Carlos Giacopini Martínez, así como con la participación de los comandos de la Escuadra, Guardacostas; la Oficina Coordinadora de Hidrografía y Navegación (Ochina) y el Servicio de Hidrografía y Navegación.
Las labores de investigación, planificación, coordinación y ejecución de la expedición, fueron responsabilidad de la Dirección de Acervo y Estudios Históricos Navales, adscrita al Estado Mayor General de la Armada Bolivariana, a través de la estructuración del Grupo de Tarea GT 17.1 conformado por el remolcador de altura AB Almirante Francisco de Miranda (RA-11) y el patrullero guardacostas AB Pelícano (PG-34).
Es importante destacar que durante los trabajos de la expedición el comandante general de la Armada Bolivariana almirante Carlos Máximo Aniasi Turchio realizó una visita formal a la expedición que se encontraba verificando los restos del naufragio del navío español, oportunidad que fue propicia también para intercambiar opiniones acerca de los avances de los trabajos de exploración y realizar una inmersión hasta la embarcación hundida.
El capitán de navío Luis Farage Dangel señala que después de la exploración del navío San Pedro Alcántara posteriormente se realizó una nueva expedición en el mes de octubre, pero "esta vez los estudios estuvieron orientados a la verificación de dos naufragios: un galeón holandés del siglo VVII y de una goleta española del siglo XIX, ambos en la bahía de Mochima (Sucre)".
La exploración de 1959:
Luego del naufragio del navío San Pedro Alcántara en 1815 son varias las exploraciones que se han hecho a este barco para verificar su estado, no obstante la Armada realizó la primera expedición formal en el año de 1959 a solicitud de la Universidad Central de Venezuela según cuenta el vicealmirante Haroldo Rodríguez, uno de los principales responsables de las labores de investigación quien para ese momento era teniente de fragata.
El vicealmirante Rodríguez refiere que la expedición se emprendió formalmente a bordo del transporte Los Roques T-14 en donde se embarcaron submarinistas, investigadores, exploradores y aficionados, quienes una vez en el lugar y tras días de estudios lograron rescatar algunos objetos como cañones, balas, anclas y cuadernas del barco, los cuales en su mayoría se encuentran actualmente en el Museo Naval que funciona en la Escuela Naval de Venezuela Almirante Sebastian Francisco de Miranda (Vargas) y otros en el Museo Marino de Boca de Río (Nueva Esparta).
El vicealmirante Haroldo Rodríguez recuerda que cuando vio por primera vez el navío quedó muy impresionado al ver un barco construido en 1788 que pertenecía a los españoles y representaba para nuestro país un asunto histórico.
El excomandante general de la Armada señala que este tipo de investigaciones son muy importantes para la historia de nuestro país y argumenta que todavía existen barcos hundidos de esa época que deben explorarse porque considera que "Venezuela es rica en todo y todavía tiene muchas cosas para explotar y darlas a conocer a la luz pública".
Posibles hallazgos: submarino alemán
Continuando con las labores de arqueología submarina, la Armada Bolivariana, de igual forma, está realizando labores de investigación y verificación de la existencia del naufragio de un submarino (uboot) alemán de la Segunda Guerra Mundial, presuntamente hundido por su tripulación en 1945, según información suministrada por el director de Acervo y Estudios Históricos Navales de la Armada Bolivariana CN Luis Farage Dangel.
El capitán de navío Farage explica que las primeras informaciones sobre este naufragio se remontan al mismo año de 1945 cuando dos pobladores de esa zona: el señor Francisco Rodríguez y la señora Cruz Rojas de Fuentes, siendo muy jóvenes, vieron durante una madrugada entrar por la bahía una embarcación muy extraña de color gris azulado donde sólo habían "catires" en la torre, según lo afirma el cronista de la población de Mochima, señor Alcides Lemus.
Posteriormente en 1977 el biólogo y buzo Rodolfo Plaza avistó fortuitamente la timonera de lo que parecía ser un submarino semi sumergido en el fango cuando intentaba ayudar una embarcación de pesca cuyo tren de arrastre se había atorado en el fondo.
Luego en 1980 el biólogo e investigador submarino Jacques Yves Costeau, quien había sido contratado por La Fundación La Salle para realizar estudios oceanográficos en el área, detectó con el sonar de su buque Calypso la silueta de lo que parecía ser por sus características un posible submarino alemán del tipo XXIII.
Durante los comienzos de la década de los ochenta la pista de este posible naufragio de submarino fue seguida en el contexto de las investigaciones realizadas por el ingeniero, hoy fallecido, Daniel Salas, el periodista Carlos Hernández González y los capitanes de navío Edgard Blanco Carrero y Luis Farage Dangel.
Recientemente durante el año 2009 y en el 2010 las investigaciones al respecto de la confirmación de la presencia de este naufragio se han intensificado a través de la investigación llevada a cabo por el capitán Farage Dangel en su tesis doctoral, cuyos trabajos de campo han detectado a través de imágenes de ecosonda de alta precisión la ubicación de este probable naufragio.
En las próximas semanas la Armada Bolivariana continuará realizando estudios con equipos de mayor precisión a fin de confirmar definitivamente la existencia de este misterioso submarino.
Importancia de la expedición naval:El investigador en el área de historia naval del período colonial y además profesor titular en el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Simón Bolívar, Dr. Gerardo Vivas Pineda, señala que las recientes expediciones emprendidas por la Armada Bolivariana para explorar embarcaciones naufragadas "es una iniciativa vital para lo que pudiéramos considerar el comienzo de operaciones arqueológicas submarinas debidamente desarrolladas en nuestro país".
"No puede desarrollarse ningún intento de arqueología submarina sino hay un equipo multidisciplinario detrás de ese proyecto dado que es un mundo muy complejo que incluye el buceo y la parte historiográfica", señala el investigador naval al argumentar que hoy día también ésta es catalogada como una "ciencia ya muy formal que se estudia en otros países con tradición marítima".
"El mayor reto de un historiador es apoyarse en la arqueología submarina y viceversa dado que mucho son los casos en los cuales se han encontrado información de los barcos de la época en bibliotecas o en documentos especiales que revelan desde su composición hasta los tesoros que poseen", refiere el profesor quien su dedicación al área histórica obedece al haber iniciado en el país los estudios académicos formales en la navegación a vela.
Con el caso del navío español San Pedro Alcántara considera que ahora es cuando la Armada ha tomado con mucha seriedad e interés el hecho de no sólo rescatar unos restos sino darle la mejor proyección posible desde muchos puntos de vista. "Felicito al componente de que se haya preocupado por hacer este tipo de investigaciones que cuentan con las más avanzadas técnicas de exploración y levantamiento de información".
En relación al posible hallazgo de submarinos alemanes de la segunda guerra mundial el historiador refiere que esto "va mucho más allá de lo que se puede sospechar, ya que además de éste se suman otros tipos de barcos hundidos y su penetración a las costas venezolanas".
"Esto nos pone a pensar un poco en lo que hacemos los venezolanos por el resguardo de nuestras costas y despierta en el ciudadano común el interés por los espacios acuáticos", explica el historiador naval.
"En mis trabajos de historia naval me he dado cuenta que los venezolanos son muy terrestres y no están familiarizados con el mar", argumenta Vivas Pineda al señalar que "ahora es cuando tenemos un gran reto que no es solamente preocuparnos por el mar sino por su historia, la cual tiene demasiadas cosas para contar".
"Esto es un tema que va a ser de gran importancia para una evaluación un poco más definitiva de cómo hemos sido nosotros con el mar, si entendemos que en la Segunda Guerra Mundial también fuimos protagonistas de alguna manera y seguramente este aspecto será mucho mejor conocido por las generaciones del futuras", concluyó.
(Armada/DGECO/VTV)

viernes, 12 de noviembre de 2010

Destacan en Venezuela importancia de piedra ancestral en manos de Alemania

Piedra mitológica del pueblo Pemón Kueka (abuela) reclamada por Venezuela a Alemania


Fuente: www.peopledaily.com.cn España 10 de noviembre de 2010
"Kueka Abuela", piedra ancestral del pueblo pemón en Venezuela, "es un bien cultural tan relevante como cualquier otro símbolo de las tradiciones y costumbres que conforman a la cultura venezolana" , que se encuentra actualmente en manos de Alemania.El presidente del Instituto de Patrimonio Cultural, Héctor Torres, hizo estas declaraciones el día 9 durante la jornada "La piedra Kueka y los conocimientos ancestrales", celebrada en la Casa Amarilla de Caracas, sede de la cancillería venezolana, localizada en el centro de la capital.En enero de este año, el gobierno venezolano solicitó de manera diplomática a Alemania la devolución de dicha piedra, que a decir de diversas organizaciones es un símbolo ancestral invaluable de la comunidad aborigen pemón en la nación sudamericana.Esta demanda del gobierno venezolano coincide con la de Perú, que reclama a la Universidad de Yale (Estados Unidos), el patrimonio arqueológico de la ciudadela inca Machu Picchu, unas 46.000 piezas extraídas de la nación andina entre 1912 y 1916 por el explorador Hiram Bingham.El funcionario venezolano explicó que los trámites con la nación europea se desarrollan, hasta ahora, de "manera positiva y de carácter informal", aunque aclaró que no tienen un cronograma formal de negociación para el regreso de la piedra en el corto plazo.En Alemania, dijo, "han manifestado que no tienen ningún problema para el retorno de la piedra. Sin embargo, hacen la solicitud de que estudiemos la posibilidad de donar otra piedra (venezolana)".Ante ello, indicó que el gobierno no tiene ningún inconveniente, "siempre y cuando se realice en el marco legal, para no volver a cometer las mismas faltas que se cometieron durante la extracción ilegal de la piedra Kueka."Los tiempos de la diplomacia no son tan rápidos como uno quisiera, pero estamos trabajando intensamente y estamos convencidos de que la piedra regresará", comentó Torres sobre el patrimonio arqueológico que fue extraído en el año 1998.El arquitecto adelantó que el Ministerio del Ambiente estudia el patrimonio de piedras en Venezuela, con características físicas similares a la Kueka Abuela, para encontrar una piedra que pueda donarse a la nación alemana.Según la antropóloga Dinorah Cruz, para los pemones, Kueka Abuela representa a una mujer llena de sabiduría que orienta a su pueblo en sus acciones del presente, pasado y futuro.Cruz explicó que la cultura pemón interpreta los recientes desastres naturales como una consecuencia de haber desplazado de su lugar de origen a "Kueka Abuela", quien ahora está lejos de su compañero "Kueka Abuelo"."Estamos siendo artífices de la destrucción del planeta, porque no lo consideramos como un ser vivo. (Los desastres actuales son) un llamado para el respeto de las cosmovisiones de los pueblos indígenas", argumentó la experta venezolana.La piedra de jaspe de unas 30 toneladas se encuentra en la actualidad en el Parque municipal Tiergarten de Berlín, capital de Alemania. Su parte superior fue pulida por el artista Wolfgang Kraker, como parte de un proyecto de paz que persigue tener dos piedras de cada continente.Se supone que la piedra "Kueka Abuela" debe reposar junto a la piedra "Kueka Abuelo", en el sur del Parque Nacional Canaima de Venezuela, reserva natural con las formaciones geológicas más antiguas del mundo y considerada por la Unesco como Patrimonio Natural de la Humanidad.Según el Censo de Comunidades Indígenas?, realizado en 2001 por el Instituto Nacional de Estadística (INE), los Pemón son el tercer grupo indígena más importante y numeroso de Venezuela; se ubican al sureste del estado Bolívar y en las fronteras de Guyana y Brasil. (Xinhua)