domingo, 12 de julio de 2009

José Royo y Gómez







Fuente: www.blogpaleored.com Archivos del 31 de Enero 2008
José Royo y Gómez Nació en Castellón de la Plana (España) el 14 de Mayo de 1895. Hijo de José Royo y de Rosa Gómez.
Licenciado, y luego doctor en ciencias naturales en la Universidad de Madrid, se desempeña como profesor de mineralogía y geología en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de la capital española, en el cual también realiza importantes actividades.
A raíz de la Guerra Civil Española, en 1939 se traslada a Colombia, donde permanece hasta 1951; en esa nación contribuye a la fundación del Servicio Geológico Nacional y organiza el Museo Geológico Nacional, (ahora conocido como el Museo Royo y Gómez), y fue nombrado director del laboratorio geológico del Museo de Bogotá, en 1945, con la publicación de dos Mapas geológicos de Colombia.
Allí estudió también fósiles del cretácico, y comparó los organismos marinos con sus homólogos españoles que ya había estudiado.
Invitado, y debido a que su esposa no podía soportar la altitud de Bogotá, se trasladó a Venezuela en 1951, donde es nombrado profesor titular dentro del departamento de Geología de la Universidad Central de Venezuela y catedrático de mineralogía y geología en el Instituto Pedagógico Nacional.
En 1960 obtuvo la nacionalidad venezolana. Se destaca en el país como el primer profesional en la rama de la paleontología de vertebrados, contribuyendo en la organización de la primera colección de vertebrados fósiles de Venezuela.
Investiga, en particular, junto con José María Cruxent, del Museo de Ciencias, el importante yacimiento arqueológico y prehistórico de Muaco en el estado Falcón.
Su obra, compuesta de 123 títulos, incluye 6 publicaciones de enseñanza y vulgarización científica, 72 estudios de paleontología, 35 de geología, 9 de mineralogía y petrografía y 2 de prehistoria.
Títulos Académicos:
Licenciado en Ciencias con Premio Extraordinario el 21 de junio de 1916 por la Universidad Central, Madrid, España
Doctor en Ciencias, especialidad Geología y Paleontología, con altos honores, el 17 de diciembre 1921 por la Universidad Central, Madrid, España.
Experiencia profesional:
1916-1918. Trabajó como ayudante de práctica de geología, en la Facultad de Ciencias, Universidad Central (Madrid)
Ayudante técnico de la Comisión para Investigaciones Palentológicas y Prehistóricas de España, 1918-1928.
Desempeñó desde 1922, el cargo de profesor de mineralogía y geología en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid, España. Vocal de la junta de profesores del mismo museo.
En 1927 es agregado al Instituto Geológico y Minero de España para la confección del Mapa Geológico.
1930. Jefe de la sección de paleontología del Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid.
1932. Director del Cursillo de Geografía para profesores de 2° enseñanza, Ministerio de Instrucción Pública (Madrid).
1936-1937. Director General de Minas.
Desde 1937 es Miembro del Consejo de Minas, Ministerio de Hacienda.
Jefe de la sección de geología del museo anteriormente mencionado.
Director del Museo de Antropología, Etnografía y Prehistoria de Madrid.
1937-1938. Director y organizador de los Laboratorios del Instituto de Ciencias Naturales.
En 1939 fué fundador junto con el ingeniero Benjamin Alvarado del Servicio Geológico Nacional, Ministerio de Minas y Petróleos de Colombia, y se desempeñó como Geólogo y Paleontólogo.
Organizador y director del Museo Geológico Nacional.
Desempeñó desde 1946 el cargo de profesor de geología y palentología del Cuaternario en el Instituto Etnológico (Colombia).
Profesor de Geología en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia, desde su fundación en 1947.
Desde 1951 hasta su muerte fué profesor titular de la Escuela de Geología, Minas y Metalurgia, Facultad de Ingeniería, Universidad Central de Venezuela.
1952-1960. Profesor de mineralogía y geología en el Instituto Pedagógico.
Desde 1956-1957 estuvo encargado del Cursillo de Geología Militar para la especialidad de Ingeniería en la Escuela de Infantería e Ingeniería Militar.
1956-1959. Profesor de geología de la Sección de Geografía de la Facultad de Humanidades de la Universidad Central.
1958-1959. Miembro del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico (como delegado de la Facultad de Ingeniería) de la Universidad Central de Venezuela.
Delegado de Escuela de Geología, Minas y Metalurgia, de la Universidad Central de Venezuela, en el Congreso Geológico de Copenhague.
Premios:
Premio Lorenzo Codazzi (Medalla de oro, en 1945), otorgado por la Sociedad Colombiana de Ingenieros, por la publicación del Mapa Geológico General de la República de Colombia del cual es coautor.
El Segundo Congreso Nacional de Ingeniería de 1949 recomendó la publicación del Trabajo "Mapas Geológicos de Bogotá y del Centro y sur de su Sabana y Breve Explicación".
La promoción de geólogos de la UCV del curso 1958-59 lleva su nombre.
La Asociación Venezolana de Geología, Minas y Petróleo, diploma de honor por su colaboración.
El Director del Museo de Ciencias Naturales de Madrid le dedicó una especie de ortóptero viviente.
El Director del Museo de Historia Natural de Bruselas le dedicó varias especies entre ellas Galatheites royoi.
Mr. Lambert especialista en Equínidos le dedicó las siguientes especies Gonyopiqus royoi, Cotteaudia royoi, Orthopsis royoi y Botriopyqus royoi.
El profesor Federico Gómez Llueca (Madrid), especialista en macroforaminíferos, le dedicó una especie de Numulítico del Terciario inferior español.
El Dr. Gil Collado del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid especialista en Dípteros, le dedicó una especie del Terciario español.
Cargos:
En 1916 Vicesecretario de la Sociedad Española de Historia Natural, Madrid y desde 1917-1939 Secretario adjunto de la misma.
Vicesecretario y luego Secretario Adjunto de la Sociedad Española de Historia Natural, Madrid, desde 1917 a 1939.
Miembro Vitalicio desde 1924 de Societé Géologique de France, Paris. Vicepresidente desde 1927.
En 1926 el XIV Congreso Geológico Internacional lo nombró miembro de las comisiones encargadas del Léxico Internacional de Estratigrafía y de la Paleontología Universalis.
1926-1928. Delegado del Gobierno Español, del Museo Nacional de Ciencias Naturales y de entidades científicas españolas en Congresos sobre geología y geografía.
Desde 1930 Secretario de la Sección de Ciencias del Ateneo Científico y Literario de Madrid.
1937. El Congreso Geológico lo nombró vocal de las comisiones del Hombre Fósil y de la de Resúmenes.
En 1938 Vicesecretario de la Junta para la ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas.
1930-1939. Secretario de la Sección de Ciencias del Ateneo Científico y Literario de Madrid.
Realizó numerosas excavaciones paleontológicas y exploraciones geológicas y geográficas en España y Portugal, bajo los auspicios de Museo Nacional de Ciencias. Además efectuó estudios y trabajos paleontológicos y geológicos en la Escuela de Minas de Paris, facultades de Ciencias y Museos de Historia Natural de París y Lyon (Francia), y en los Museos de Historia Natural de Munich, Stuttgart y Frankfurt (Alemania), Bruselas (Bélgica), y Londres (Inglaterra).
1945-1947. Presidente de la Sociedad de Ciencias Naturales de Bogotá.
Tesorero desde 1954 de la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia.
Fundador en 1957 de la Institución para el Estudio y Conservación del Lago de Valencia.
Falleció en Caracas el 30 de Diciembre de 1961.

viernes, 10 de julio de 2009

Museo de Ciencias continúa siendo el más visitado del país

Museo de Ciencias Naturales de Caracas


Museo de Ciencias Naturales de caracas Foto: Archivo, ABN


Fuente: http://www.abn.info.ve/ Caracas, 8 de julio de 2009
Antropología física, arqueología, etnografía, colección africana y afroamericana, herpetología, paleontología, ictiología, teriología, invertebrados, ornitología y mineralogía, son las colecciones con alrededor de 200 mil piezas, artefactos y ejemplares que resguarda el Museo de Ciencias. Este Patrimonio Nacional, con más de 130 años de fundado, es el más antiguo del país y sigue siendo hoy día la institución museística más visitada de Venezuela, no sólo por la diversa gama de actividades que realiza, sino porque las exposiciones que presenta son muy atractivas para el público en general, con contenidos y montajes únicos. Así lo corrobora la directora de Integración Comunitaria y Servicios Públicos del Museo de Ciencias, Luxy Acosta, haciendo énfasis en la importancia de la institución dentro de la zona cultural de Caracas, donde brinda apoyo a la educación formal siendo un espacio interesante para niños, niñas, adolescentes y adultos. Por eso, se define como un medio de comunicación que divulga 'la diversidad del conocimiento científico, según distintas fuentes del saber y un centro de investigación y conservación del patrimonio natural y cultural que custodia'. Según las estadísticas que llevan, el Museo de Ciencias ha sido visitado desde el año 1999 al 2008 por un millón 393 mil personas. Para este año, las proyecciones indican que lo visitarán más de 100 mil personas, dado que el promedio anual se ubica en unas 139 mil. La época de mayor afluencia es el período de vacaciones escolares. Pero estas cifras no son lo más importante, señala Acosta, lo crucial es que el Museo demuestra que la ciencia no es algo elitesco, “está allí al alcance de todos, esa es precisamente la idea de desarrollar estrategias diferentes que permitan un acercamiento a los distintos tipos de públicos”. La institución atiende a colectivos con características particulares: comunidad científica, niños y adolescentes, población con necesidades especiales de atención, comunidades organizadas, instituciones, comunidad educativa y público en general. Por ejemplo, enfatizó Acosta, con los talleres, que también se imparten a los docentes, se provee a estos de estrategias metodológicas que les permiten introducir en el aula herramientas de carácter museográfico, para transmitir los mensajes de una manera alternativa. “Para nosotros el elemento lúdico es importante, es el aprender jugando con un objetivo claro, en este caso en el contexto científico... Es la misión del Museo”. Asimismo, ofrece una gran variedad de servicios: Centro de Documentación, Infocentro, Sala de lectura, talleres y demostraciones, charlas, visitas guiadas, programación audiovisual, plan vacacional gratuito, entre otros. Sin embargo, aseguró Acosta, el gancho del Museo son sus exposiciones y la relación “mágica” que cada visitante experimenta cuando se comunica con ellas y encuentra un mensaje. Por otra parte, la institución desarrolla varios proyectos con la comunidad, por ahora con San Agustín, que es la más cercana. “Encontramos una cosa importante en cuanto a la interacción con la comunidad, y es que una cosa es trabajar para la comunidad y otra trabajar con la comunidad”, expresó Acosta. En ese sentido, dijo, se parte desde sus necesidades y expectativas, identificando fortalezas y debilidades para luego conocer en cuál situación se les puede acompañar y contribuir así a la solución del problema. Con esta visión de participación protagónica y activa de la comunidad, es que se desarrollan actividades para fomentar el cambio de conciencia. En el caso de San Agustín se está tratando por ejemplo, el tema de la disposición de los desechos y los problemas con el agua. Ante esto, acotó Acosta, el Museo de Ciencias ofrece un marco teórico para abordar la situación, mientras que la comunidad se compromete a responsabilizarse para ejecutar las acciones y resolver. Aunque este año el presupuesto de los museos nacionales sufrió una reducción, la programación habitual de la institución continúa realizándose, tanto con las alianzas que se han establecido, como con el trabajo comunitario y la iniciativa y creatividad del personal.

martes, 7 de julio de 2009

Llano de Anís se propone tener su Parque Paleontológico Comunitario

Fuente: www.el-nacional.com Caracas, 22 de junio de 2009 Vanessa Davies
El molar de un mastodonte ha facilitado la organización en el pueblo merideño, con apoyo de la ULA
El día en que, por casualidad, apareció el diente de un mastodonte en el terreno de Erasmo Buitrago, nadie esperaba un gran acontecimiento en Llano del Anís. Pero lo que semejaba una jornada como cualquier otra del último mes de 2007, cambió la vida en ese pueblo del estado Mérida, que sólo sabe de frío en las noches y mucho sabe de pasar trabajo.
Al contemplar la pieza dental de 30 centímetros, a la luz de la mañana del 16 de noviembre de 2007, la frase de Ana Rosa Fernández (una mujer de 71 años de edad) no se hizo esperar: "Eso no es de un animal de este tiempo". Y vaya que no lo era. El molar pertenece a un ser de 14.000 a 16.000 años de antigüedad. Uno de los grandes mamíferos extintos.
La riqueza va aflorando -con la dedicación de los antropólogos Lino Meneses y Gladis Gordones- desde las entrañas de Llano del Anís. "Este es el único yacimiento paleontológico del Cuaternario de la cordillera andina de Mérida", destaca Meneses, quien coordina el Museo Arqueológico Gonzalo Rincón Gutiérrez de la Universidad de los Andes. Con el nombre de Cuaternario se conoce a la era más reciente de la Tierra.
En esos huesos, y en los otros que puedan conseguirse, hay una oportunidad para toda la gente de Llano del Anís, acostumbrada a ser un punto más en la carretera hacia El Vigía.
Esa riqueza la intuye Fernández, una mujer sencilla que insiste en que hay más animales de otras épocas enterrados en el pueblo. La supone su esposo, Víctor Villasmil, quien puntualiza: "Tenemos fe de que aquí vamos a ver progreso para la comunidad". De hecho, el proyecto de convertir la zona en un Parque Paleontológico Comunitario ­con respaldo de la ULA y abierto a turistas, estudiantes, investigadores y curiosos- ha sido asumido por los consejos comunales.
El hallazgo del mastodonte "es una bendición de Dios", admite, entre sonrisas, María Araque, integrante del Consejo Comunal Las Mesitas del Anís (uno de los cuatro constituidos en el pueblo). Tal como lo explica Araque, los vecinos organizados presentaron la propuesta ante Fundacite.
Requieren recursos para continuar con las excavaciones, preparar las áreas de exhibición con los huesos originales y formarse en la materia con el fin de asumir cabalmente la tarea. "Ojalá el Gobierno nacional nos eche una manita con eso", asoma Araque.
¿Nueva teoría de poblamiento?
En la tierra roja de Llano del Anís (Llano de Gigante, según la toponimia popular) estaban escondidos los huesos del mastodonte. También, de equus (antecesor de los caballos) y de hojas fosilizadas. Pero es probable que otros salgan a la luz, anuncia Gladys Gordones, coordinadora del programa de enseñanza de la Historia Prehispánica del Museo Arqueológico Gonzalo Rincón Gutiérrez. "Localizamos varias áreas de Llano del Anís en las cuales hay restos de megafauna". Posiblemente más equus y megaterios.
Los estudios indican que muchos años atrás hubo en Llano del Anís una laguna. "Pudo ser uno de los últimos reservorios de megafauna en Venezuela y en Suramérica", apunta Gordones. Aunque hasta la fecha no hay rastros de que el animal fue cazado, Lino Meneses no lo descarta. De comprobarse esta hipótesis, adelanta el investigador, cambiarían las teorías de poblamiento del norte de Suramérica y de la cordillera andina de Mérida.
Gordones y Meneses han realizado varias reuniones con los vecinos para orientar el proyecto del Parque Paleontológico Comunitario. Han participado, también, el alcalde del municipio Sucre, integrantes de las mesas técnicas y diputados de Mérida. "Ha sido difícil, porque se trata de una comunidad con muchas carencias.
Vivir del patrimonio parece muy fácil, pero la gente teme que se quede en el papel", advierte la antropóloga.
Algunos hechos retrasaron la consolidación del proyecto: hasta la fecha, y debido a la ausencia de recursos, no se ha podido cumplir con la datación de los huesos del mastodonte. Los consejos comunales están en proceso de legitimación. No falta la incredulidad entre los moradores. Lo cierto, sin embargo, es que el parque sería una fuente de ingresos para los residentes, por los circuitos turísticos, la venta de artesanía (una vecina, Ana de Díaz, ya está elaborando representaciones del mastodonte con concha de cambur). Mejorarían los servicios públicos y la infraestructura, acota Meneses. Pero, además y gracias a este mamífero del pasado, quienes habitan en Llano del Anís podrían reencontrarse con su cultura.