miércoles, 21 de diciembre de 2011

La revista Río Verde presenta hallazgos arqueológicos de Los Roques

Portada de la Revista Rio Verde No. 6



Fuente: http://www.eluniversal.com/ Caracas, miércoles 14 de diciembre de 2011
La única revista de Venezuela especializada en biodiversidad y ecoturismo, Río Verde, indaga en su sexto número en Los Roques y revela los secretos arqueológicos de este archipiélago. El artículo sobre el tema fue preparado por María Magdalena Antczak y Andrzej Antczak y se titula Los Secretos de la Concha Reina, donde estos especialistas reseñan los hallazgos de la investigación realizada por ellos. La edición cuenta con la participación del explorador Charles Brewer Carías y será presentada el sábado 17 de diciembre, a las 11:00 a.m., en la Librería Kalathos, como parte de las actividades con las cuales la Embajada de Polonia en Venezuela celebra su presidencia de la Comunidad Europea. El encuentro está abierto al público y es gratis. Los Galpones quedan en la Avenida Ávila con 8va Transversal, de Los Chorros.

Conozca sobre las piezas arqueológicas incautadas por el IPC

Figurina precolombina de los andes venezolanos decomisada a la colección Mannil



Mesa de piedra costarricense decomisada a la Colección Mannil


Fuente: Ciudad Caracas, 18 de diciembre de 2011. Fotos: IPC

Recientemente, siguiendo procedimientos ajustados a derecho, se realizó la incautación de una colección de piezas arqueológicas precolombinas: 345 venezolanas, presumiblemente de las culturas valencioide, tocuyanoide, estilos Boulevard, Betijoque, etc. y 69 que suponemos son chorotegas costarricenses. Este suceso, de considerable impacto mediático en nuestro país, marca un punto de inflexión en la lucha contra un delito que pareciera no ser suficientemente comprendido por el público y los coleccionistas y del cual pudieran extraerse erróneas conclusiones.

PROPIEDAD DEL ESTADO De ninguna manera esto ha sido una arbitrariedad o una ocurrencia insensata de la Revolución Bolivariana, aunque sí es consecuencia del decidido interés que le hemos dado a esta materia. No se trata de algo nuevo, ya en 1945 el Congreso de los Estados Unidos de Venezuela promulgó la Ley de Protección y Conservación de Antigüedades y Obras Artísticas de la Nación la cual, en su artículo 13 dice, por ejemplo, que “son propiedad del estado todos los objetos arqueológicos (…) que fueren descubiertos en cualquier lugar del subsuelo de la República”. La Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural de 1993, que la reemplaza, confirma estos conceptos y los aborda con mayor precisión dedicando el Título IV al Patrimonio Arqueológico y Paleontológico.Según todo el ordenamiento jurídico vigente es más que claro que los objetos arqueológicos son del Estado aunque la costumbre y el entendimiento colectivo hayan asumido o aceptado que los particulares “poseyeran” colecciones e incluso que se comerciara con los bienes arqueológicos.

PIEZAS PRESTADAS No son pocas las exposiciones que se han realizado en instalaciones museísticas públicas gracias a “préstamos” de piezas ubicadas en colecciones de particulares. Asimismo, la entrada y salida del país de bienes arqueológicos no ha sido considerado como el delito que es, ni por los particulares ni por las autoridades correspondientes a pesar que el artículo 41 establece que “la exportación de bienes a que se refiere esta ley, sin autorización del IPC será considerado contrabando y penado”. Es decir que se había difundido una especie de derecho de facto de grupos o élites a disponer libremente de unos bienes que son de todos.En algún momento había que comenzar a cambiar estas costumbres. ¿Por qué? Por varios motivos y no solamente porque así lo manda la ley:1. Porque así los objetos arqueológicos aparecían como objetos sueltos, objetos en sí, con mero valor estético-decorativo sin visualizarse su relación con las culturas de las cuales provienen. A los venezolanos nos cuesta asumir a cabalidad que aquí también se desarrollaron sociedades organizadas que trabajaron y que dejaron sus huellas.2. Porque la cultura de “los objetos coleccionables” casi siempre resulta de procedimientos de recolección invasivos, que destrozan los sitios arqueológicos al ser asaltados con el único propósito de conseguir piezas. La historia habla de casos en los que se usaron explosivos para hacer aparecer objetos.3. Para satisfacer un derecho elemental de las mayorías a apreciar y reconocer como patrimonio propio ese enorme bagaje cultural de nuestros ancestros.La reciente incautación contó con un elemento adicional que determinó la acción del IPC: un lote de piezas arqueológicas que estaban siendo solicitadas por otro país lo que nos obligaba legal y sobretodo éticamente, a devolverlas al país y pueblo de origen. Cualquier otra medida hubiera significado complicidad con el tráfico ilegal e incumplimiento de la Convención de Unesco contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales de 1970.

REGISTRO DE BIENES Ahora bien, ¿A qué apunta el IPC? ¿qué mensaje estamos dando a los coleccionistas?El IPC apunta a que todos los objetos arqueológicos venezolanos sean registrados, catalogados y exhibidos para ser estudiados o apreciados por el pueblo. No pretende acción penal alguna, ni con la familia Mannil ni con los otros coleccionistas privados o institucionales, grandes o pequeños, que aún tienen piezas arqueológicas.Deseamos suponer que los coleccionistas, amantes del rico patrimonio arqueológico venezolano, pondrán voluntaria y prontamente sus respectivos inventarios en conocimiento del IPC dando paso así a una segunda fase de análisis conjunto de las posibles alternativas de destino de las piezas en el entendido que los museos, institucionales o comunitarios que las reciban, darán el correspondiente reconocimiento a su anterior pertenencia.Deseamos también dar la seguridad adicional de que las piezas no se perderán en vericuetos o instituciones menores, por cuanto el principal destino estratégico del mencionado patrimonio será su exhibición en el gran e imponente Museo Nacional de Historia que se encuentra en construcción en la ciudad de Maracay. Pero también apuntamos a que, de acuerdo a las características de las colecciones originales o alrededor de ellas, se puedan conformar museos regionales, locales o comunitarios con la participación activa y decidida de las comunidades que comienzan a conocer y valorar nuestro patrimonio.

martes, 13 de diciembre de 2011

Venezuela confisca piezas precolombinas costarricenses

Harry Mannil empresario y coleccionista de arte precolombino

Vasijas polícromas originarias de Costa Rica de la Colección Mannil

Vasijas polícromas originarias de Costa de la Colección Mannil

Metates y Figuras hechos en piedra procedentes de Costa Rica y pertenecientes a la Colección Mannil

Piezas de la colección Mannil ya habian sido confiscadas en nuestro país el año pasado. Se decomisaron 14 esferas de piedra

Fuente: http://www.nacion.com/ Caracas, 7 de diciembre de 2011 Pablo Fonseca y AFP
Se desconoce cuántas son exactamente
Pertenecían al coleccionista estonio Harry Mannil, fallecido en el 2010
Autoridades dicen que son parte del ‘tráfico ilícito’ de bienes culturales
La Fiscalía de Venezuela allanó el lunes una vivienda en Caracas, en la que se encontraban cientos de piezas arqueológicas precolombinas originarias de Costa Rica y que, según las autoridades, provienen del “tráfico ilícito”.
“La casa funcionaba como un pequeño museo. No son pocas, son cientos y cientos de piezas las que estamos recuperando. A nuestro entender, provienen del tráfico ilícito”, aseguró al canal estatal VTV el presidente del Instituto de Patrimonio Cultural, Raúl Grioni.
Grioni dijo que las piezas son en su mayoría de Costa Rica, aunque podría haber de otros países.
La vivienda pertenecía al estonio Harry Mannil, un hombre de negocios y coleccionista, que fue buscado por crímenes nazis y murió en Costa Rica en enero del 2010.
Las autoridades no mostraron las piezas a la prensa.
Marlin Calvo, jefa de Protección de Patrimonio Cultural del Museo Nacional de Costa Rica, explicó que, hace más de un año, 57 piezas de la colección Mannil ya habían sido confiscadas en una aduana de Venezuela, cuando se tramitaba su traslado a Estados Unidos.
De ellas, 56 resultaron ser piezas nacionales, y su devolución a suelo costarricense se sigue tramitando en la actualidad.
Calvo recordó también que a mediados del año pasado, en la residencia costarricense de la familia Mannil, en San Rafael de Heredia, se confiscaron decenas de objetos precolombinos, obtenidos, según las autoridades, mediante una compra, lo cual implica que se cometió el delito de tráfico de bienes arqueológicos.
“Al señor Mannil le gustaba especialmente la piedra. No nos han enviado las imágenes de las piezas, pero tenemos referencias fotográficas de 1979 y todo indica que se trata de una muestra interesantísima, de excelente calidad y de una gran belleza”, agregó Calvo.

Piezas arqueológicas precolombinas recuperan en allanamiento a quinta de Caracas

Raul Grioni declara en VTV sobre el allanamiento a la Quinta Los Jaguares en Caracas


Piezas arqueológicas recuperadas conocidas como esferas de piedra que fueron traidas desde Costa Rica



Fuente: http://www.vtv.gob.ve/ Caracas, 5 de diciembre de 2011 orodriguez Culturales
El procedimiento se realizó en la Quinta Los Jaguares, propiedad del ciudadano Harry Manill, a quien se le seguía causa judicial por este hecho / Raúl Grioni, Presidente del Instituto del Patrimonio Cultural, explicó a VTV que cientos de estas piezas son de tráfico ilícito
Autoridades venezolanas realizaron este lunes un allanamiento a una residencia particular en Caracas, donde se encontraron piezas de arte, en su mayoría arqueológicas de la época precolombina, tanto de Venezuela como de otros países.
Raúl Grioni, Presidente del Instituto del Patrimonio Cultural, explicó a VTV que cientos de estas piezas, presumiblemente de tráfico ilícito, se encontraron en la quinta Los Jaguares, en la que se exhibían los valiosos objetos como si de un museo se tratara.
“La Casa funcionaba como un pequeño museo. No son pocas, son cientos y cientos de piezas las que estamos recuperando. Son producto, a nuestro entender, proveniente de tráfico ilícito. Y es una causa que tenía un tiempo, que estaba esperando por las decisiones por parte de la fiscalía; cosa que ha hecho en los últimos 30 ó 40 días y la fiscalía ha practicado el allanamiento con medidas precisas que estaban pendientes desde hace tiempo”, dijo Grioni.
Informó que en el allanamiento a la Quinta Los Jaguares, propiedad del ciudadano Harry Manil, participaron funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), la Fiscalía Pública y representantes del Ministerio del Poder Popular para la Cultura.
Aseguró que el procedimiento judicial respetó todos los derechos del propietario de la residencia, mientras se catalogó el lote de valiosas piezas que no pueden estar en manos de particulares.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Los antiguos tesoros de Cubagua

Investigadores de la UCV como el arqueologo Carlos Martin dicen que en la isla venezolana se topan tres edades cronológicas, de 3.500 a.d.C., 2000 a.d.C. y principios del siglo XVI Foto Kisaí Mendoza

Fuente: www.eluniversal.com Caracas, jueves 13 de marzo de 2008 GIULIANA CHIAPPEEL
En la isla encontraron herramientas de concha que datan del año 3.500 a.d.C.
Fue un basurero pero ahora es un tesoro arqueológico. La razón es que esa "basura", enterrada en la arena de la isla de Cubagua, data de aproximadamente el año 3.500 a.d.C.En esos montículos de lo que fueron desechos de civilizaciones precolombinas que establecían campamentos ocasionales en Cubagua se encontraron herramientas realizadas con conchas marinas que se cree eran empleadas para ahuecar los troncos con los que hacían las balsas. Pero eso no es todo lo que se encuentra en la isla.Existen otros yacimientos, también prehispánicos, aunque más recientes: se estiman del año 2000 a.d.C. Sus instrumentos son más elaborados, con punta semejante a la de los arpones, y ya conocían la cerámica, pues se han encontrado piezas rotas. Además, se encuentran las ruinas de Nueva Cádiz, la primera ciudad insular que los españoles fundaron en América. Los primeros pobladores, que levantaron asentamientos temporales, llegaron entre 1508 y 1510. En 1515 se inició la construcción de la ciudad permanente. Carlos Martín, coordinador académico de la Escuela de Antropología de la Universidad Central de Venezuela, formó parte del equipo de la segunda y tercera expedición realizada a Cubagua. La primera de ellas ocurrió en 1970, cuando exploraron los yacimientos precolombinos y las ruinas de Nueva Cádiz y recolectaron material. En 1979, se realizó una expedición submarina interdisciplinaria para estudiar unas columnas aparecidas en el fondo del mar que podían ser restos del puerto colonial. Resultaron ser formaciones naturales.Antes que ellos, la isla había sido explorada por José María Cruxent, en los años 50. Y después, por Jorge Armand, quien, financiado por el Instituto de Patrimonio Cultural, está rescatando, desde octubre de 2007, los tesoros para crear un parque arqueológico en Cubagua. "Nueva Cádiz fue construida en el sector noreste de la isla en 1515 y tenía forma de L. Tenía dos iglesias, ayuntamiento, cementerio y calles. Sus habitantes se estiman en un millar. Alrededor de la ciudad estaban las rancherías de los indígenas que los españoles utilizaban para explotar los yacimientos de perlas. Pero antes, hacia 1508 se levantó un asentamiento provisional para los primeros pobladores, que serían unos 300". Sobre las ruinas descubiertas por Jorge Armand en sus recientes excavaciones, y que habrían sido la ermita de Nuestra Señora de la Concepción situada a un kilómetro de lo que fue Nueva Cádiz, Martín considera que debe estudiarse muy bien, pues, una iglesia tan lejos del asentamiento rompe con lo que era el pensamiento urbanístico de la época. "Aunque no se descarta que sea una ermita, si se hubiese construido para los primeros pobladores, habría seguido el estilo de las viviendas, que eran de madera y bastante rústicas", puntualiza.

Cubagua patrimonio perdido

Ruinas de Nueva Cadiz por el pintor Charles Novacek



Ruinas de Nueva Cadiz, Cubagua

Cubagua, ruinas de Nueva Cadiz Foto de Alfredo Cedeño


Fuente: www.el-nacional.com Caracas, 04 de diciembre de 2011 Mireya Tabuas
La primera ciudad construida por los españoles en Venezuela, Nueva Cádiz de Cubagua, fue declarada Bien de la Nación en el año 2000. Pero de nada sirve su estatus. Sin vigilancia alguna, las ruinas de la urbe nacida hace 500 años han sido intervenidas y pierden valor.
Cubagua es hábitat de cactus y viento, tierra seca rodeada de un mar que se regodea en lucir todas las tonalidades del azul. Es desierto. Sed. Soledad. Silencio. Pero Cubagua es también historia. Unas sobre otras, sus piedras son el único testimonio que queda de lo que fue el auge y caída de la primera ciudad española no sólo en Venezuela sino en Suramérica: Nueva Cádiz. Fue una urbe próspera que se alojó hace 500 años en la aridez de esta isla del estado Nueva Esparta y que vivió gracias a una sola riqueza: las perlas. Cubagua dio inicio a la nacionalidad venezolana y es una metáfora del país que sobreexplota un recurso.Declarado Monumento Histórico Nacional en 1979 y Bien de Interés Cultural de la Nación en 2000, lo que podría ser un patrimonio mundial, es un ejemplo de desidia. A pesar de su valor histórico, es hoy en día tierra de nadie.Aún pueden verse vestigios del trazado urbano de lo que fue una ciudad que llegó a tener mil habitantes, siete calles, tres iglesias, un ayuntamiento; una casa fuerte, un mercado, numerosas casas y comercios.Nada queda en pie, pero es posible imaginar el tamaño de la urbe desde las pocas bases que aun existen de las edificaciones.Estos escasos restos están bajo la administración del Instituto de Patrimonio Cultural, sin embargo, se hallan abandonados, sin vigilancia alguna, a merced de que cualquier visitante se lleve un pedazo de pared como souvenir para su sala. Las ruinas de Nueva Cádiz sólo tienen la compañía de las bolsas, botellas plásticas y basura que les ofrece a diario el mar."Ahora las ruinas están arruinadas", dice Mario González, habitante de Cubagua y testigo de lo que él piensa que no ha sido sino un mar de engaños."Murió el hermano mío esperando las promesas de los gobiernos para Cubagua, después me moriré yo y quedarán las promesas sembradas. No sé si están esperando que se muera todo el mundo aquí para coger a Cubagua y hacer con ella lo que les dé la gana", dice desde su casa en Charagato, el pueblo de 30 habitantes de la isla, que está a una hora aproximadamente del lugar donde hace 5 siglos se asentó Nueva Cádiz.Mario González y su hermano Víctor fueron declarados por el IPC como patrimonio viviente de la isla. Aun cuando es el representante del pueblo, siente que su voz no es escuchada."Hemos visto mucho de la historia de Cubagua, de lo que se llevaron de aquí, lo que puede recuperarse y no se ha recuperado, de los engaños que nos han hecho", insiste mientras mira atentamente al mar, que tiene su casa a los pies como derecho de frente.Parque temático.En 2007 el IPC anunció el inicio de obras en la isla, según el concepto de que no sólo las ruinas tenían un valor patrimonial sino todo su entorno. La idea era crear allí el Parque Arqueológico, Paleontológico y Geológico de Venezuela. El proyecto, anunciado por el entonces ministro de la Cultura Francisco Sesto a los habitantes de la isla en agosto de ese año, tenía un presupuesto de 3 millones de bolívares fuertes e incluía no sólo la restauración de las ruinas, sino la creación de un museo, un laboratorio, una escuela de campo de arqueología, senderos de interpretación y obras para mejorar la calidad de vida de la comunidad. Un folleto que aún se sigue repartiendo a los turistas en el Museo Nueva Cádiz de La Asunción, en Margarita, da cuenta del alcance de esa propuesta que nunca se materializó. "El IPC no nos ha rendido cuentas de qué hizo con los 3 millones de bolívares destinados al proyecto Cubagua", señala González, aunque asegura que le ha exigido esta información al instituto porque el compromiso fue siempre incluir a la comunidad. El arqueólogo Jorge Armand, que trabajó en la recuperación de Nueva Cádiz, afirma que el IPC no llegó a gastar 10% de la inversión inicial. "¿Dónde está esa plata?", pregunta.El propio ministro Sesto entregó dinero a los vecinos de Cubagua. "Como adelanto nos dio un cheque de 50.000 bolívares fuertes para repartir entre todos los habitantes de la isla", recuerda González y cuenta que ese monto sólo alcanzó para reparar los motores de las lanchas de algunos pescadores y arreglar los techos de varias casas. No pudieron hacer nada más, pero los cubagüenses no tenían mayor preocupación porque Sesto les aseguró que sólo era el abreboca de la millonaria suma que se invertiría en recuperar las ruinas y repotenciar la isla con fines turísticos y como parque temático.Pero no recibieron más nada. "El presidente del IPC, José Manuel Rodríguez, nos dijo que recuperaría Cubagua y que sus palabras no se las llevaría el viento, pero debe ser que el viento de acá es muy fuerte", expresa, ya desconfiado, González.Isla embarcada. El presidente Hugo Chávez anunció que realizaría su programa dominical Aló, Presidente en Cubagua en octubre de 2009. Era el momento de inaugurar el parque arqueológico. Para ello enviaron a la isla tarimas, toldos y sillas. Pero a última hora, el jefe del Estado suspendió la visita al enterarse de que no había nada que inaugurar. Fue éste el cierre de un proyecto y de una idea que sólo adorna un folleto.Hoy, como hace 500 años, los habitantes de Cubagua no tienen agua dulce. Continúan trayéndola de otras partes. La planta desalinizadora que se inauguró con bombos y platillos en 2009, se dañó al mes de instalada y no ha sido reparada.Varias casas recibieron paneles solares para tener por fin luz.Sin embargo, cuenta González que se trataba de una solución provisional pues les dijeron que instalarían energía eólica, aprovechando el fuerte viento del lugar. Nunca llegó.También se anunció como un hecho la construcción de 17 viviendas y de una escuela bolivariana, y sin embargo los pocos niños (menos de 10) que reciben clases en la isla continúan reuniéndose en un salón prestado, en una casa de la Universidad de Oriente, con un profesor que viaja desde Margarita. Los cubagüenses, como Jesús Ramos, prefieren que sus hijos estudien fuera de la isla para garantizarles una continuidad educativa que allí luce imposible.Dentro de las propias ruinas de Nueva Cádiz vivía un grupo de personas, el IPC las desalojó de allí y les prometió viviendas.Ramos, uno de ellos, tuvo que ingeniárselas para levantar de nuevo su rancho a varios metros de distancia, sin recibir la ayuda gubernamental.De aquella supuesta visita presidencial ­y del proyecto del parque­ sólo queda un recuerdo: la enorme placa que el Ministerio de la Cultura colocó a un lado de las ruinas y que reza: "Aquí están los restos de una ciudad imposible. La primera ciudad española en América.No fue un hecho cultural, sólo explotación que liquidó vilmente a los hombres y mujeres de estos lugares y también a la naturaleza que ellos protegían.Muertos los indígenas por el trabajo inhumano, y agotados los recursos naturales que la isla ofrecía, en sólo 15 años fue abandonada. Estas ruinas son un contundente recuerdo de la barbarie del capitalismo, aún en sus inicios. Ministerio del Poder Popular para la Cultura, 2009". Para el arqueólogo Jorge Armand, quizás esas palabras son la justificación del Gobierno para haber sentenciado a muerte un proyecto.Trabajo a medias. Armand fue durante 8 meses ­entre 2007 y 2008­ el arqueólogo a cargo de la recuperación de las ruinas de Nueva Cádiz. El IPC lo llamó y él presentó un plan para el rescate e investigación arqueológica, el cual, según documenta, cumplió: se encargó de la limpieza, remoción de basura, reforestación de plantas y restauración preliminar de las ruinas.El también profesor de la Universidad de los Andes hizo excavaciones que le permitieron descubrir la ubicación exacta de la Ermita de Nuestra Señora de la Concepción, que se considera el primer edificio público que se construyó en Cubagua y la primera iglesia católica de Suramérica. Halló algunos cuerpos cerca de la Iglesia Mayor, lo que le hace suponer que allí podía estar el cementerio.Sus hallazgos le valieron el premio de investigación de la Fundación Herrera Luque en 2009."Aún queda por investigar en Nueva Cádiz y no sólo en ella, en toda la isla, porque también hay importante evidencia arqueológica prehispánica", dice Armand.El proyecto del arqueólogo incluía la identificación de cada ruina para que los turistas pudieran hacer un recorrido guiado; los cubagüenses, en cooperativas, trabajarían en labores de atención y servicios al visitante. Además se proyectaba construir un museo para alojar las piezas que rescató el arqueólogo José María Cruxent en sus exploraciones de 1954 (unas están en el Museo Nueva Cádiz de La Asunción y otras en el IVIC).También se pediría la repatriación de algunas extraídas en Cubagua que están en la Universidad de Florida desde hace más de cincuenta años, cuando se llevó un material con fines de estudio. El propio Armand encontró algunos objetos en las nuevas excavaciones. "El IPC me los quitó, bajo amenaza legal, y no me permitió ni siquiera investigarlos", denuncia.El arqueólogo dice que nunca tuvo una explicación de su despido, ni menos de las razones por las que se abortó el plan."No querían gastar en él. A los seis trabajadores a mi cargo y a mí ni siquiera nos dieron una lancha para movilizarnos, ni una carpa para pernoctar".Después de la destitución de Armand (en el folleto que se reparte en el Museo Nueva Cádiz tacharon con marcador su nombre como director del proyecto), las ruinas se quedaron solas. No sólo se borró de un plumazo todo proyecto de investigación en la zona, sino que ni siquiera hay un vigilante.En la página web del Ministerio de la Cultura se publica una información según la cual se reformulará el plan de ordenamiento de la isla como Área Bajo Régimen de Administración Especial. Lo demás es silencio.Reza la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural: "La defensa del Patrimonio Cultural de la República es obligación prioritaria del Estado y de la ciudadanía" y de esa forma es su tarea salvaguardar las obras que "por su contenido cultural constituyan elementos fundamentales de nuestra identidad nacional".Sin embargo, violando esta ley, los restos de la histórica Nueva Cádiz siguen minándose día a día. La primera ciudad venezolana es un patrimonio que se lo traga el viento, el salitre, el tiempo y la soledad. Pero, sobre todo, la desidia oficial.