martes, 16 de julio de 2013

Paz Castillo posee reliquias de tres épocas históricas

Ermita de Macuto: muros de tierra y piedra (tapia) al fondo.
 
Estructura para “acueducto”, en adobe de tierra cocida y tapia.
 
Emplazamiento de la antigua estación ferrocarrilera “Siquire”.
 
Fuente: http://apuntesdehistorialocal.wordpress.com/2013/01/08/paz-castillo-posee-reliquias-de-tres-epocas-historicas/#more-88 Por Juan Carrasco Enero 2013
*ZONA HISTÓRICA DE MACUTO A PUNTO DE DESAPARECER*
El lugar tiene aproximadamente 260 años de actividad humana, con ruinas y construcciones que pertenecen dan fe del quehacer de los luciteños desde la época colonial hasta la primera mitad del soglo XX.
La gran mayoría de los pueblos del estado Miranda –y parte de los que integran el estado Aragua, por hablar de las zonas geográficas que circundan a la ciudad capital-, guardan en su seno innumerables e importantes reliquias arquitectónicas y de ingeniería para la subsistencia, las cuales nos hablan del pasado, de la época colonial o de los inicios de la modernidad en nuestro país. Nuestros Valles del Tuy no escapan a estas aseveraciones, pues en cada uno de los 6 municipios que integran esta región existen “piezas” de ese pasado, provenientes de distintas épocas y, por lo tanto, nos ofrecen una visión sobre el pensamiento y las acciones de nuestros antepasados tuyeros.
En el municipio Paz Castillo, cuya capital es la todavía “colonial” Santa Lucía –en aspecto, costumbres e incluso gobierno- existen aún algunos tesoros que, para la vista no entrenada o para los más obtusos, simplemente representan ruinas obsoletas, desdeñando la historia que puedan poseer.
Paz Castillo posee, entre muchas otras reliquias ocultas, una amplia “zona histórica” hacia el este de su capital Santa Lucía. En dicha zona convergen al menos tres épocas que conectan a esta población con la historia nacional.
1era época: 1694 – 1751
Comprende la construcción de la conocida “ermita” de Macuto (sector de Santa Lucía), construcción de uso religioso de tierra pisada, piedras y piso de losetas, alrededor de la cual se conformó la 2da fundación de Santa Lucía que se conoce, y fue descubierta por el historiador e investigador Álvaro García-Castro, y el Padre Mariano Marianchich. Entre los vestigios que pueden encontrarse de esta época están, además de dicha “ermita”, un rudimentario cementerio, marcas de asentamiento permanente y un antiguo sistema para la toma de agua (acueducto). El sitio fue “intervenido” equivocadamente durante la década de 1990, en el mandato del ex alcalde Francisco “Cotoño” Hernández, para convertirlo en sitio de peregrinación religiosa, pero sólo aceleró aún más su deterioro. Según la historia local, desde aquí partió el Padre Marcos Reyes Cueto en 1750 para refundar a Santa Lucía en donde se encuentra en la actualidad. Esta zona, según el Instituto del Patrimonio Cultural, adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, se encuentra protegida por la Providencia Administrativa Nº 012/05 del 30 de Junio de 2005. Sin embargo, las autoridades de Paz Castillo le han dado la espalda a esta disposición, permitiendo, a sabiendas o ignorándolo, que esta zona sea objeto de cada vez más dañinos asentamientos ilegales, con lo cual se puede borrar este pedazo de la historia de Santa Lucía.
2da época: 1821 – 1880
Los únicos vestigios en pie de esta época están representados por las remodelaciones del antiguo acueducto, que llevaba las aguas del antiguo río Guaire hasta la actual Santa Lucía, y una estructura con arcos con un hondo pozo, construido todo con tapias y adobes de tierra cocida, entre otras marcas en el terreno.
Por referencia oral y escrita, esta misma zona se ha considerado como el escenario de la denominada “Batalla de Alto de Macuto”, ejecutada el 14 de Junio de 1821 por el oriental Gral. José Fco. Bermúdez, como parte de la estrategia militar ideada por El Libertador Simón Bolívar que condujo a la Batalla de Carabobo. Y a pesar de que algunos vecinos agricultores del lugar han afirmado haberse topado con huesos, enterramientos y fosas, esto no ha sido confirmado por ojos expertos.
3era época: 1888 – 1910 – 1954
Como parte del impulso “modernizador” que le imprimió el presidente Antonio Guzmán Blanco a la Venezuela de finales del siglo XIX, en 1888 comienza la construcción de la línea Caracas – Valles del Tuy del antiguo Gran Ferrocarril de Venezuela, el cual recorrería gran parte del centro y este de Caracas, Filas de Mariche, Santa Lucía, Santa Teresa, San Francisco de Yare y Ocumare del Tuy, con múltiples estaciones intermedias para el servicio a pasajeros y transporte de mercancías y productos del agro tuyero.
Esta línea ferrocarrilera llegó al pueblo de Santa Lucía en 1910, y dentro del actual municipio Paz Castillo poseyó varias de aquellas estaciones intermedias. Una de ellas fue la llamada “Estación Siquire”, la cual estuvo localizada muy cerca de la meseta de Macuto, encontrándose dentro de la denominada “zona histórica” de ese sector.
En el lugar existe un emplazamiento en concreto, con escalerillas, piezas de metal, caminerías y hasta una antigua “letrina” para pasajeros y personal del ferrocarril. Siguiendo la demarcación de las antiguas vías del tren se puede llegar hasta terrenos de la antigua Hacienda La Concepción, dentro de los cuales se encuentran un puentecillo de concreto armado y, más adelante, un túnel abierto o de “garganta”, el cual causa mucha impresión a los ojos del visitante.
La estación Siquire sirvió –así lo demuestran incluso fotografías de la época- para recoger las cosechas provenientes de sectores tradicionalmente agrarios de Paz Castillo, entre ellos Siquire.
Las piedras también enseñan
Existen muchos más vestigios, construcciones, lugares y objetos que silenciosamente nos pueden hablar del esplendor o decadencia de épocas anteriores en Paz Castillo, diseminadas entre los bosques, ocultas en la tierra, en baúles o en la misma memoria de nuestros abuelos, pero lamentablemente olvidadas por los gobernantes municipales de turno, o desconocidas por parte de la población, y que quizás no saben cómo sacarle provecho turístico y educativo a estas reliquias, sin acometer su destrucción. Las piedras también enseñan.

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