sábado, 2 de agosto de 2014

Comandante de la armada anuncia, ante exclusiva de NAD, investigación exhaustiva de barco encallado en el sur del lago

Restos del vapor Venezuela, sur del lago de Maracaibo
Barco vapor Venezuela. Foto: Cortesía Acervo Histórico de Zulia
Directora del Acervo Histórico de Zulia, Ligia Berbesí. Foto: Jose Camacho
El gobernador del estado Zulia, Francisco Arias Cárdenas, luego de la expedición ejecutada por Noticia al Día, anunció anoche el hallazgo de los vestigios del barco Venezuela, encallado desde hace más de 100 años en una zona pantanosa ubicada a la izquierda de la desembocadura del río Catatumbo, cerca del Parque Nacional Ciénagas de Juan Manuel, municipio Catatumbo localizado en el Sur del Lago de Maracaibo.
Desde el Puerto de Maracaibo, donde transmitió su programa Diálogo Zuliano, Arias pidió al comandante general de la Armada Bolivariana, almirante Jairo Avendaño Quintero, quien lo acompañaba, realizar indagaciones para «recuperar la historia regional».
De inmediato, al saber la trascendencia del suceso por su relevancia para la historia naval venezolana, Avendaño ordenó a sus expertos iniciar un proceso de investigación exhaustivo.
El acontecimiento ha puesto a trabajar desde hace un mes a investigadores e historiadores de varias ciudades del país para determinar qué tipo de nave fue.
Hasta ahora, cobran fuerza dos hipótesis sobre el modelo de lo que pudo haber sido el Venezuela: un barco de vapor de cabotaje o una goleta de guerra.
La directora del Acervo Histórico de Zulia, historiadora Ligia Berbesí, indicó que un equipo de 10 especialistas se mantiene en la búsqueda de recopilar información que revele las características de la embarcación, y para ello revisa más de 300 tomos de naves mercantes y de la armada venezolana.
Por un lado, explicó Berbesí, las diversas fuentes manuscritas y bibliohemerográficas consultadas hasta hoy han indicado que en 1849 navegó por el río Orinoco, Apure y sus afluentes por vez primera el barco de vapor Venezuela, que era propiedad del empresario Eduardo Turpin, originario de Kentucky, EE UU, quien junto a Frederic Beelen, de Pensylvania, recibieron, en el entonces gobierno de José Tadeo Monagas, un contrato de navegación durante 18 años.
Turpin y Beelen habían constituido la empresa The Orinoco Steam Navegation Company en Nueva York, desde donde importaron las piezas del barco, el cual fue ensamblado por carpinteros y constructores americanos en el Orinoco, agregó.
Otras fuentes oficiales en los archivos del Acervo, apuntó Berbesí, refieren que el vapor Venezuela empezó a surcar en aguas de Zulia, entre Puerto Villamizar (Colombia) y Encontrados, en 1881, y que un año antes había sido traído de Nueva York por la Zulia Steam Navegation CO para el transporte de frutos y mercaderías.
 Entre 1897 y 1898, según documentos históricos, los vapores fueron las embarcaciones más utilizadas para el cabotaje (tráfico marítimo en las costas de un país) en Venezuela, y el barco que se estudia era uno de los que cubría la ruta comercial para las compañías Boulton & CA en Puerto Cabello y Caracas; H.L Boulton Jr. & CA en Maracaibo; Rivas Fensohn & CA en Curazao y la I.A Senior e Hijos en Coro.
Por otro lado, expuso Berbesí, escritos de la sección Guerra y Marina resguardados en el Archivo Histórico de Zulia «Carlos Medina Chirinos», que también han sido revisados, reseñan la existencia  en la región, entre 1860 y 1865, de la goleta de guerra Venezolana.
 La mencionada goleta formó parte de un conjunto de navíos de guerra (piraguas, goletas, bongos, pailebot, vapores) que en tiempos de conflictos era necesario mantener. Sin embargo, Venancio Pulgar, militar quien en 1862 se enfrentó a José Antonio Páez para restablecer el orden en Maracaibo, no usó dicha embarcación para sus acciones guerreristas, enfatizó la historiadora.
De acuerdo con información del proyecto Buques de la Armada en el siglo XIX, que desarrollan el asesor jurídico del estado Mayor Naval de la Armada Bolivariana, Francisco Nieves Croes, y el investigador Ramón Rivero, la goleta de guerra Venezolana fue construida en 1859 por la compañía Lawrence & Foulks, en Nueva York, y comprada por Dallet & Bliss, en Filadelfia, para la Armada de Venezuela el 27 de agosto de 1860, donde estuvo en servicio hasta 1865.

Según la investigación de Nieves y Rivero, la goleta poseía dos cañones de 24 libras y transportaba hasta 240 hombres.
En otro archivo histórico, añadió Berbesí, se detalló que el 2 de septiembre de 1862 el comandante del Apostadero de Maracaibo, Manuel Armas, firmó un documento en el que especificó la nómina de los buques que componían la escuadrilla, y entre ellos estaban ocho goletas: Céres, Emilia, Nueva Era, pailebot Céfiro, pailebot San Carlos, pailebot Rayo, bongo Santander y goleta Venezolana.
Aunque los dos tipos de embarcaciones que se han estudiado hasta ahora son las principales teorías para determinar qué nave fue la Venezuela, ninguna puede confirmarse con total certeza hasta que los expertos obtengan las dimensiones y características reales del navío.
 Por el nombre (Venezuela) y lo que ha logrado recopilar, Berbesí cree que el barco encallado en Catatumbo podría ser el vapor de cabotaje. A pesar de ello, sugirió designar una comisión de especialistas conformada por marinos mercantes, Armada venezolana e historiadores, entre otros profesionales, para que se unan a la exploración.

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