martes, 7 de julio de 2009

Llano de Anís se propone tener su Parque Paleontológico Comunitario

Fuente: www.el-nacional.com Caracas, 22 de junio de 2009 Vanessa Davies
El molar de un mastodonte ha facilitado la organización en el pueblo merideño, con apoyo de la ULA
El día en que, por casualidad, apareció el diente de un mastodonte en el terreno de Erasmo Buitrago, nadie esperaba un gran acontecimiento en Llano del Anís. Pero lo que semejaba una jornada como cualquier otra del último mes de 2007, cambió la vida en ese pueblo del estado Mérida, que sólo sabe de frío en las noches y mucho sabe de pasar trabajo.
Al contemplar la pieza dental de 30 centímetros, a la luz de la mañana del 16 de noviembre de 2007, la frase de Ana Rosa Fernández (una mujer de 71 años de edad) no se hizo esperar: "Eso no es de un animal de este tiempo". Y vaya que no lo era. El molar pertenece a un ser de 14.000 a 16.000 años de antigüedad. Uno de los grandes mamíferos extintos.
La riqueza va aflorando -con la dedicación de los antropólogos Lino Meneses y Gladis Gordones- desde las entrañas de Llano del Anís. "Este es el único yacimiento paleontológico del Cuaternario de la cordillera andina de Mérida", destaca Meneses, quien coordina el Museo Arqueológico Gonzalo Rincón Gutiérrez de la Universidad de los Andes. Con el nombre de Cuaternario se conoce a la era más reciente de la Tierra.
En esos huesos, y en los otros que puedan conseguirse, hay una oportunidad para toda la gente de Llano del Anís, acostumbrada a ser un punto más en la carretera hacia El Vigía.
Esa riqueza la intuye Fernández, una mujer sencilla que insiste en que hay más animales de otras épocas enterrados en el pueblo. La supone su esposo, Víctor Villasmil, quien puntualiza: "Tenemos fe de que aquí vamos a ver progreso para la comunidad". De hecho, el proyecto de convertir la zona en un Parque Paleontológico Comunitario ­con respaldo de la ULA y abierto a turistas, estudiantes, investigadores y curiosos- ha sido asumido por los consejos comunales.
El hallazgo del mastodonte "es una bendición de Dios", admite, entre sonrisas, María Araque, integrante del Consejo Comunal Las Mesitas del Anís (uno de los cuatro constituidos en el pueblo). Tal como lo explica Araque, los vecinos organizados presentaron la propuesta ante Fundacite.
Requieren recursos para continuar con las excavaciones, preparar las áreas de exhibición con los huesos originales y formarse en la materia con el fin de asumir cabalmente la tarea. "Ojalá el Gobierno nacional nos eche una manita con eso", asoma Araque.
¿Nueva teoría de poblamiento?
En la tierra roja de Llano del Anís (Llano de Gigante, según la toponimia popular) estaban escondidos los huesos del mastodonte. También, de equus (antecesor de los caballos) y de hojas fosilizadas. Pero es probable que otros salgan a la luz, anuncia Gladys Gordones, coordinadora del programa de enseñanza de la Historia Prehispánica del Museo Arqueológico Gonzalo Rincón Gutiérrez. "Localizamos varias áreas de Llano del Anís en las cuales hay restos de megafauna". Posiblemente más equus y megaterios.
Los estudios indican que muchos años atrás hubo en Llano del Anís una laguna. "Pudo ser uno de los últimos reservorios de megafauna en Venezuela y en Suramérica", apunta Gordones. Aunque hasta la fecha no hay rastros de que el animal fue cazado, Lino Meneses no lo descarta. De comprobarse esta hipótesis, adelanta el investigador, cambiarían las teorías de poblamiento del norte de Suramérica y de la cordillera andina de Mérida.
Gordones y Meneses han realizado varias reuniones con los vecinos para orientar el proyecto del Parque Paleontológico Comunitario. Han participado, también, el alcalde del municipio Sucre, integrantes de las mesas técnicas y diputados de Mérida. "Ha sido difícil, porque se trata de una comunidad con muchas carencias.
Vivir del patrimonio parece muy fácil, pero la gente teme que se quede en el papel", advierte la antropóloga.
Algunos hechos retrasaron la consolidación del proyecto: hasta la fecha, y debido a la ausencia de recursos, no se ha podido cumplir con la datación de los huesos del mastodonte. Los consejos comunales están en proceso de legitimación. No falta la incredulidad entre los moradores. Lo cierto, sin embargo, es que el parque sería una fuente de ingresos para los residentes, por los circuitos turísticos, la venta de artesanía (una vecina, Ana de Díaz, ya está elaborando representaciones del mastodonte con concha de cambur). Mejorarían los servicios públicos y la infraestructura, acota Meneses. Pero, además y gracias a este mamífero del pasado, quienes habitan en Llano del Anís podrían reencontrarse con su cultura.

1 comentario:

  1. Realmente una experiencia maravillosa viví junto a mi familia el día de ayer al poder disfrutar del Parque Paleo-Arqueológico Llano El Anís, como merideño me siento orgulloso del hallazgo y de la posibilidad de ver en el propio sitio los restos donde alguna vez hace millones de años vivieron esos grandes seres. Sin embargo, pude notar que existe un estado de abandono y de falta de políticas que permitan proteger y continuar realizando estudios al respecto en la zona; el sitio al ser tan descubierto ha sido perjudicado por personas antisociales que no entienden la magnitud de los descubrimientos, los vecinos se ven poco interesados, involucrados y preocupados por lo que allí sucede y no les importa sino más bien les molesta la presencia de personas en el área; las chicas guías, realizan un trabajo sin respaldo del Estado que les permita mejorar su trabajo, no poseen sueldo, beneficios ni apoyo y continúan trabajando por amor al arte, su único beneficio lo obtienen del cobro simbólico de entrada al Parque. Sugiero que el Estado debe tomar cartas en el asunto ya que es a quien le compete velar por un patrimonio que es de los merideños para el mundo....

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